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La fiscal mantiene la petición de cárcel para los que dañaron la Cibeles

La supuesta llamada en la que los acusados avisaron a la policía no fue registrada

J. A. Aunión

Una pena de dos años de cárcel y una multa de 2.700 euros para Rodrigo J. L. por romper y llevarse la mano izquierda del monumento a la diosa Cibeles en septiembre de 2002. La fiscal mantuvo esta petición de condena, ayer, durante la última jornada del juicio en el Juzgado de lo Penal número 25 de Madrid, que quedó visto para sentencia. La letrada dio la opción de que se pueda considerar una "imprudencia grave", con una condena de una multa de 3 a 18 meses. La defensa de Rodrigo pidió al tribunal, de hecho, que se considere de esta manera el acto de su defendido.

Para el resto de los cinco imputados, que estuvieron bañándose en la fuente de la Cibeles la madrugada del 21 de septiembre -Javier Mariano L. M., José C. P., Josué R. D., Gaspar C. G. y Jorge N. R.-, la fiscal considera, después de escuchadas todas las declaraciones, que efectivamente cometieron un delito de encubrimiento, por lo que mantuvo su petición de un año de prisión. La acusación cree probado que todos conocieron la rotura y sustracción de parte del monumento desde la misma noche en que se produjo, a pesar de las declaraciones de algunos de ellos que son, por otro lado, "contradictorias".

Si la sentencia es condenatoria, los seis jóvenes -todos ellos nacidos en 1980 y estudiantes en el momento de los hechos- tendrán que pagar, solidariamente, el arreglo de los desperfectos: 23.918 euros. La acusación particular, ejercida por el Ayuntamiento de Madrid, ratificó la petición de la fiscal. Por su parte, la acusación popular, en nombre del Colectivo Cultural Utópicos Unidos, pidió además una multa de 12.000 euros para cada uno de los acusados por "los daños morales ocasionados al pueblo de Madrid".

La defensa de los seis jóvenes, ejercida por abogados distintos en cada uno de los casos, ha insistido durante todo el proceso en que la rotura se produjo de manera accidental y en que el afán de los acusados fue siempre el de devolver el trozo del monumento. De esta manera, se reunieron la tarde del domingo -dos días después del robo- para dejar la mano, resguardada según ellos en una caja, dentro de un contenedor de reciclaje de la calle de Calero Pita (distrito de Puente de Vallecas).

Acto seguido, aseguran que llamaron a la policía indicando dónde se encontraba el trozo del monumento, sin embargo, no existe constancia de esta llamada. La policía sí registró otra comunicación que se realizó desde un diario al día siguiente, lunes, al que los acusados telefonearon tras comprobar, según dicen, que los agentes no habían hallado la mano. Ésta, que nunca se encontró, pudo acabar incinerada en una planta de reciclaje o en poder de algún chatarrero, según las investigaciones.

También quedó constancia de las llamadas que condujeron a la detención de los acusados. La de un testigo presencial de los hechos, que aportó la matrícula de uno de los coches de los imputados, pero con un número errado, y otra llamada anónima el día 26 -un día antes de las detenciones- en la que se aseguraba que la mano izquierda de la Cibeles se encontraba en poder de José C. P. y Javier Mariano L. M., dos de los acusados.

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Sobre la firma

J. A. Aunión
Reportero de El País Semanal. Especializado en información educativa durante más de una década, también ha trabajado para las secciones de Local-Madrid, Reportajes, Cultura y EL PAÍS_LAB, el equipo del diario dedicado a experimentar con nuevos formatos.

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