Peralta atribuye a un cambio de gustos los problemas que atraviesan sectores como el mueble y el juguete
Miguel Peralta, consejero de Industria, compareció ayer en las Cortes para explicar las acciones institucionales ante el despido de 515 trabajadores de la fábrica de juguetes que la multinacional Hasbro MB tiene en la localidad de Riba-roja y exponer las medidas impulsadas desde la Administración autonómica para paliar la caída de ventas que sufre la industria del mueble, un sector que vivió un punto de inflexión en 2003 cuando las ventas al exterior quedaron por debajo de las importaciones. Peralta redujo el alcance de sus competencias, aprovechó cualquier resquicio para desplazar hacia el nuevo Gobierno la responsabilidad sobre el futuro de la industria tradicional valenciana y extrajo un denominador común para explicar las caídas de ventas de juguetes o muebles: un cambio en los gustos del mercado.
El expediente de extinción de empleo para 515 trabajadores de la factoría de Hasbro MB fue justificado por la empresa a raíz de un cambio de los gustos del mercado, según Peralta. El esfuerzo de la socialista Amparo Marco por subrayar las subvenciones oficiales recibidas por la empresa y por extraer un código común ante las multinacionales que operan en territorio valenciano tropezó con la estricta legalidad del procedimiento y el escaso futuro del empleo barato. Peralta olvidó los beneficios obtenidos por Hasbro MB en 2002, anunciados meses antes del cierre, incluso celebró que la multinacional haya conservado un centenar de administrativos y otros trabajadores dedicados a tareas comerciales.
"La trayectoria de la industria del mueble", dijo Peralta en el segundo acto de su intervención en las Cortes, "ha sido ejemplar en facetas tales como mantener una identidad diferenciada, impulsar la modernización tecnológica, haber iniciado la apertura a mercados exteriores o ser pionera en el fortalecimiento del asociacionismo". La declaración vino a vaciar de contenido todas las políticas oficiales en favor del sector desde la Generalitat, todas ellas acordadas con los industriales del sector. Peralta acabó fiando al "gusto, pericia y conocimiento" de las empresas la única salida a la caída de ventas que sufre el sector.
Dolors Pérez, que solicitó la comparecencia de Peralta en nombre de Esquerra Unida, se perdió en una disertación sobre la globalización; mientras que la socialista Dolors Gay intentaba en vano arrancar algún compromiso a Peralta en torno a nuevos programas de fomento de la productividad, la cualificación de los trabajadores, la mejora de los servicios de atención al cliente o el apoyo a nuevos canales comerciales para el mueble valenciano en el exterior.
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