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Reportaje:

Los niños vienen de Euskadi

El País Vasco es un foco de atracción para mujeres francesas que desean un hijo por inseminación artificial

El País Vasco se está convirtiendo en un foco de atracción para las mujeres francesas que desean tener un hijo por inseminación artificial. Las limitaciones legales que restringen férreamente la selección de donantes de semen en el país galo y el reconocimiento a los buenos resultados obtenidos en Euskadi es un reclamo para un cada vez mayor número de pacientes. Aunque no existen datos fiables, hay coincidencia en que es un fenómeno cada vez más llamativo. En menor medida, mujeres de Alemania, donde está prohibida la congelación de embriones, o Italia también viajan a las clínicas vascas.

Se estima que entre el 14% y el 16% de las parejas tienen algún problema de esterilidad. Un 45% se debe a alteraciones en el hombre. Cada año se incorporan 40.000 parejas estériles a las ya existentes, por lo que se calcula que actualmente hay unas 800.000 en España.

Se calcula que un 15% de las parejas padece un problema de esterilidad

"Aquí se oferta semen de banco de muchísima mejor calidad que en Francia. Esto lo saben las mujeres. Además, su banco de semen es una especie de banco nacional, de la seguridad social, por lo que las parejas después de someterse a un tratamiento deben esperar mucho tiempo hasta el siguiente. Por lo tanto, sus probabilidades reproductoras van disminuyendo según avanza el tiempo", explica Carmen Ochoa, quien participó como responsable del laboratorio de reproducción asistida del hospital de Cruces en el primer caso de embarazo por fecundación in vitro en el País Vasco en 1985. Actualmente es directora de embriología en la Clínica Euskalduna de Bilbao.

En opinión de esta experta, la ley sobre reproducción humana tiene en Francia un sistema muy estricto con respecto a la selección del donante, que no es considerado válido por la mayoría de los médicos españoles. "El varón tiene que demostrar que ha tenido hijos, lo que llamamos fertilidad probada. Sin embargo, a pesar de esa fertilidad, sus espermatozoides puede no responder al proceso de congelación y descongelación, con lo cual, la calidad del semen de los donantes es muy baja", explica.

La selección española es muy rigurosa ya que la mayoría de los bancos rechaza un 70% de los posibles candidatos a donantes.

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Otro factor que ha facilitado en los últimos meses el aumento del número de mujeres que viajan al País Vasco con el fin de ser madres tiene que ver con la prohibición gala de que entre semen por su frontera. "Antes se podía enviar el semen de nuestros bancos y los médicos realizaban los ciclos allí pero eso se acabó", señala.

La rapidez del tratamiento junto a los escasos efectos secundarios son otros factores que tienen en cuenta las mujeres extranjeras. Otxoa explica que sufren un máximo de seis ciclos de inseminación; es decir, seis punciones durante seis meses. "La simplificación del sistema, que no requiere el ingreso, sino apenas un par de horas de ambulatorio, permite que las mujeres regresen en el día a su país de origen". Se da la circunstancia de que muchas de las pacientes que acuden no tienen pareja masculina. El doctor José Luis Neyro, especialista en Obstetricia y Ginecología y experto en Endocrinología de la Reproducción, resalta, por separado, que otro de los factores que propicia la llegada de extranjeras para ser atendidas es el reconocimiento internacional a la técnica seguida en los tratamientos para la donación de ovocitos. "Prácticamente en todo el mundo se vienen utilizando las prácticas que decidieron autores españoles hace más de 10 años. También el precio es menor que en Francia, Inglaterra, Alemania, incluso Estados Unidos".

Semen y raza

Todavía las peticiones son pocas pero los médicos han empezado a dejar de pensar en la situación como si se tratara de ciencia ficción. ¿Qué hacer si una mujer de raza negra, por ejemplo, sin pareja, quiere tener un hijo y es necesario recurrir a un banco de semen para inseminarla? ¿Están los centros clínicos preparados? "Empieza a haber problemas porque hay que adecuar los donantes a estas características. Lo mismo pasa con la donación de ovocitos en el caso de que una mujer los necesite además del semen porque sus ovarios no funcionan", señala José Luis Neyro. El médico sostiene que una sociedad cada vez más interracial, como la vasca, tendrá que enfrentarse a esta situación antes o después.

Carmen Otxoa, por su parte, reconoce que actualmente en los "cuatro o cinco" bancos de semen del País Vasco escasea el semen de otra raza que no sea la blanca.

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