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'Pasaiako herritik dator notizia'

Así dice la canción y la de ahora es muy distinta a la que hace meses por televisión nos contaba un técnico que al evaluar el impacto ambiental del futuro superpuerto de Pasaia proyectado por la Diputación y la Cámara Comercio de Guipúzcoa decía que no tendría fuertes repercusiones ambientales y que conjugaba con el desarrollo sostenible. Sin inmutarse.

Ha sido Sabin Intxaurraga, Consejero de Medio Ambiente de la CAV quien ha puesto en entredicho tales declaraciones pidiendo abrir un debate público sobre este proyecto. Al hacerlo se ha desatado la polémica y el malestar en la clase política guipuzcoana y en su propio partido se han oído voces deslegitimadoras de su postura.

A mí sin embargo, las declaraciones de la máxima autoridad política ambiental de la CAV me han parecido oportunas al ejercer su responsabilidad analizando con criterios ecológicos una infraestructura que va a afectar gravemente a nuestro entorno. ¿Para qué están si no las autoridades ambientales? ¿Cuál es su cometido?

Es interesante oir decir que el crecimiento económico no siempre trae bienestar social
Decía Roberto Bermejo que el 'superpuerto' de Pasaia era un insulto a la inteligencia humana

Recuerdo por el contrario cómo hace dos años en vísperas de la consulta popular de Zornotza (11-04-2002) la Diputación Foral de Vizcaya y el Gobierno vasco introdujeron en todos los periódicos propaganda institucional a favor de las centrales de ciclo combinado y en contra de la iniciativa popular de Zornotza Bizirik!, lo que le costó duras críticas al consejero de Medio Ambiente.

En esta ocasión su actuación me ha parecido ejemplar, sobre todo por los argumentos utilizados. Es interesante oírle decir que el crecimiento económico no siempre trae bienestar social. Alegra leer de su puño y letra que estas grandes infraestructuras generan e inducen flujos y cambios más allá de su emplazamiento que no se miden normalmente en los estudios de impacto. Y que un pueblo pequeño como el nuestro no puede permitirse el lujo de poner en marcha todo tipo de proyectos por intereses económicos locales. Si no da para instalar polígonos industriales en todos los pueblos tampoco da para construir aeropuertos, puertos deportivos, centrales térmicas y autopistas en cualquier sitio. Tenemos límites naturales que no podemos ni debemos olvidar.

Hace poco decía Roberto Bermejo que el superpuerto de Pasaia era un insulto a la inteligencia humana y lo suscribo. Quizás sea el único del mundo que hace pasar todas sus mercancías de entrada y salida por un túnel kilométrico, increíble pero cierto.

Vivimos en un sistema democrático que deja fuera de juego a quienes no respetan la regla de oro del crecimiento económico. No hay sitio para quienes no aceptan ese dogma que fundamenta la economía capitalista y que se llama crecimiento permanente. Sin embargo nadie nos acaba de decir quién ha designado a las corporacione empresariales para hablar en nombre de la sociedad y sus intereses. Este es el dilema central de la globalización. Que elites económicas decidan el futuro sin que la gente y sus representantes políticos tengan nada que discutir, porque se decide en otro sitio y en nombre del crecimiento económico imparable, en Ecuador y en Marruecos, en México y en Euskal Herria.

Posiblemente los que así pensamos seremos minoría pero alguien nos debería demostrar dónde se han discutido y apoyado democráticamente esas infraestructuras. ¿Alguna vez se han sometido a un debate público, racional y democrático? o ¿Tales prácticas no tienen cabida en nuestro sistema político?

Más que pena daban risa los argumentos de los políticos guipuzcoanos que han criticado a Intxaurraga. No he leído una sola línea de crítica a sus argumentos. No parece haberlos. Lo único que se aduce es que ha roto las reglas de juego de nuestro sistema político, ya que nadie puede oponerse a tal proyecto si lo han pactado las fuerzas políticas y los empresarios de Guipúzcoa. Ese es su pecado y nuestra alegría. Ya era hora de escuchar buenas nuevas de nuestras autoridades ambientales frente a proyectos anti-ecológicos y anti-sociales. Zorionak, Sabin.

Iñaki Barcena es miembro de Ekologistak Martxan.

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