Cientos de miles de mujeres se manifiestan en Washington a favor del derecho al aborto
Las organizadoras temen que el Gobierno de George W. Bush recorte su aplicación
El derecho al aborto movilizó ayer a cientos de miles de mujeres en Washington en dos convocatorias de signo antagónico. Quienes lo defienden reunieron a una enorme multitud -más de medio millón de personas, según los organizadores- en la mayor manifestación de este tipo en la última década; quienes se oponen apenas juntaron un centenar en una ridícula contramanifestación. Entre los oradores invitados, la senadora Hillary Clinton parecía liderar a las masas con un discurso en el que acusó al Gobierno de despreciar el derecho a la igualdad entre hombres y mujeres.
De partida, los organizadores consiguieron un primer objetivo al lograr la movilización de mujeres jóvenes, nacidas después de la legalización del aborto en EE UU en 1973 y, por tanto, acostumbradas a un derecho sin el que nunca han vivido. La mezcla de edad parecía sumamente heterogénea a lo largo del Mall de Washington, esa franja amplia de parques y museos y que une los principales edificios culturales y políticos de la capital. Por género, la participación femenina era ampliamente mayoritaria.
"Estoy aquí porque mi madre me contó muchas historias de cuando el aborto era ilegal, y de lo que tenían que pasar las mujeres para conseguirlo", contó a EL PAÍS Andrea Ferguson, rodeada de pancartas en las que podía leerse: "¿Quién decide?", "Si no quieres un aborto, no lo tengas" o "Es tu decisión, de nadie más".
"Los derechos reproductivos son derechos humanos", decía otra pancarta en perfecto castellano. Un hombre mayor paseaba solo con un cartel en el que había dibujado una estatua de Libertad amordazada: "Protege la libertad. Respeta los derechos", había escrito debajo de la imagen.
La manifestación estaba convocada por los principales grupos de activismo social en defensa del derecho al aborto. Nada hace pensar que ese derecho puede ser eliminado en un futuro cercano, pero los políticos más progresistas creen entrever veladas maniobras del Gobierno de George W. Bush encaminadas en ese sentido. Ahí se enmarcan desde el nombramiento de jueces ultraconservadores hasta la aprobación reciente de una ley que confiere al feto un estatus similar al de un individuo en delitos de asesinatos de mujeres embarazadas.
"Este Gobierno está lleno de gente que desprecia las leyes en contra del acoso sexual, que dicen que no hay disparidad salarial entre hombres y mujeres y que consideran el caso Roe contra Wade la peor abominación de la historia de nuestra legislación constitucional", dijo la senadora de Nueva York Hilary Clinton en un discurso ante un grupo de manifestantes. El caso Roe contra Wade contiene la sentencia de 1973 en la que el Tribunal Supremo estableció el derecho al aborto en EE UU.
Entre las manifestantes, vestidas con pulcritud de ejecutivas, un grupo de mujeres se distinguía con pancartas en las que se definían de esta manera: "Soy republicana en defensa del derecho al aborto". Eran las menos. Las canciones que se coreaban destilaban una común antipatía hacia el Gobierno del presidente Bush.
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