Barberá permite construir en la huerta al revisar el plan urbano de Valencia

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, anunció ayer que recalificará zonas de huerta protegida de la ciudad y justificó la medida en la necesidad de ganar reservas de suelo para construir parte de las 9.000 viviendas de protección oficial que promete el programa electoral del PP. La delimitación del nuevo suelo urbanizable se realizará en el marco de la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que deberá dibujar más de un millón de metros cuadrados para edificar esas viviendas de protección. La urbanización de huerta se decidirá en un estudio de impacto ambiental, pero Barberá confirmó que dejará construir frente a L'Oceanogràfic, donde varias promotoras han comprado ya suelo.

El plan incrementará las zonas verdes y articulará la conexión con el frente marítimo

La alcaldesa explicó que hoy mismo se iniciarán los trámites para la "homologación" del PGOU aprobado en 1988, con el fin de adaptarlo "a la realidad económica, legal y urbanística" de Valencia. Según la alcaldesa, el plan ha alcanzado un índice de cumplimiento "altísimo", pero tiene "una carencia grave" para cumplir "las exigencias" actuales de "las políticas de viviendas sociales", ya que no previó la reserva de suelo suficiente. Barberá recordó que su programa electoral contempla la puesta en el mercado de 9.000 viviendas de protección oficial, un objetivo iniciado con promociones en suelo urbano de la empresa municipal Aumsa y previsto en los escasos planes parciales por aprobar. Para "intensificar" esa actuación, hace falta más suelo, según Barberá.

El equipo de gobierno del PP "delimitará nuevos sectores urbanizables" a partir de dos premisas: "la garantía de acceso a la vivienda con significativas reservas para VPO", que subirán en los sectores nuevos del 25% actual a una franja de entre el 35% y el 50%; y el "pleno respeto" a las zonas "que presenten valores medioambientales dignos de especial protección". Un estudio de impacto ambiental analizará las zonas de huerta a recalificar. "No se producirá ninguna actuación que suponga comernos la huerta", enfatizó Barberá, quien ante las previsibles críticas negó "absolutamente" que vaya a permitir "la merma" de suelo agrícola. Se protegerá "la zona de verdad de huerta", no aquella en la que "se plantan contenedores", justificó la alcaldesa. En esa bolsa de huerta en su opinión degradada y susceptible de edificación, la alcaldesa incluyó los terrenos situados frente a L'Oceanogràfic, donde diversas promotoras se han adelantado a este anuncio oficial y han comprado ya suelo. También mencionó el caso de Benimàmet, donde el soterramiento de las vías del ferrocarril pedido por los vecinos implicará recalificaciones. Consciente de la polémica en torno a la especulación en la huerta, Barberá lanzó un aviso: el área entre el bulevar sur y la autopista del Saler (parte de La Punta y Quatre Carreres), así como la mancha verde de Campanar, son "intocables". Tampoco se construirá "nada" en el entorno de L'Albufera, aseguró. Para el resto de áreas de huerta a urbanizar, sobre algunas de las cuales ya existen presiones urbanísticas, Barberá remitió al estudio ambiental.

Barberá no facilitó ninguna cifra de los metros cuadrados de huerta que pasarán a ser edificables con la revisión del plan general. Según los parámetros previstos en la actual Ley Reguladora de la Actividad Urbanística (LRAU), para construir 9.000 pisos se precisan en torno a los 1.200.000 metros cuadrados (incluidos equipamientos, viales, zona verde). Dado que las VPO supondrán entre el 35% y el 50% de los nuevos sectores -"para no crear dotaciones de primera y segunda, según el concejal de Urbanismo, Jorge Bellver-, esa cifra se multiplicaría por tres con la construcción de vivienda libre. Las VPO previstas se levantarán en suelo urbano y de huerta.

La alcaldesa también pretende incrementar las zonas verdes, de modo que cada ciudadano de Valencia pase de disponer de 5,46 metros cuadrados a 7 metros cuadrados. Así, el plan general deberá abrir espacio a al menos un millón de metros cuadrados de zona verde. El nuevo plan, cuya tramitación durará más de un año, adecuará definitivamente las normas de gestión del suelo a las leyes vigentes -incluidas las nuevas que impulsa el Consell-; podrá introducir nuevos ejes de comunicación con el área metropolitana; revisará la red primaria de comunicaciones y zonas verdes; vertebrará "mejor" los barrios entre sí; incluirá los proyectos como el Parque Central, y "acometerá la articulación definitiva de la ciudad con el mar", subrayó Barberá en referencia a la prolongación de Blasco Ibáñez por El Cabanyal.