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Los indios de una reserva brasileña matan a 29 buscadores de diamantes

Los 'garimpeiros' habían entrado ilegalmente en el territorio indígena

Juan Arias

La opinión pública brasileña está acostumbrada a que sean los terratenientes y los llamados garimpeiros -buscadores de oro, diamantes o madera preciosa- los que maten a los indios. Por ello ha conmocionado la noticia de que en el Estado de Rondonia, en la conflictiva reserva indígena de Raposa Serra do Sol, los indios cinta larga mataron con arcos, flechas y mazos a 29 buscadores de diamantes furtivos que entraron en la reserva.

La Funai (Instituto Nacional del Indio) declaró su dolor por las víctimas y sus familiares y aseguró que los indios han actuado en legítima defensa de su territorio, ya que los buscadores de diamantes habían entrado ilegalmente en él.

Se habla de por lo menos 90 desaparecidos, aunque la policía hasta ayer había detectado sólo 29 cuerpos, todos ellos en estado de putrefacción y algunos con la cabeza cortada. Fueron ejecutados el pasado día 7, y sus cuerpos, encerrados en cuevas dentro de la selva. El rescate no está siendo fácil. Por el momento se ha conseguido hallar sólo tres cadáveres. Para el rescate de los otros 26, la policía federal va a necesitar por lo menos tres o cuatro días. Está siendo necesario desbrozar algunas zonas para que puedan llegar los helicópteros y la policía, y los miembros de la Funai tienen que abrirse paso con machete y sierras en la selva.

La reserva de Raposa Serra do Sol, que cuenta con 15.000 indios que esperan desde 1998 que el Gobierno firme el decreto de su demarcación definitiva, es una de las más conflictivas del país. Dispone de 1,7 millones de hectáreas, pero en ella se han asentado desde hace años - según los indios, ilegalmente- siete arroceros que ocupan 12.000 hectáreas, dan trabajo a miles de personas y que este año van a recoger 500.000 sacos de arroz.

El ministro de Justicia, Thomas Bastos, declaró en enero pasado, cuando fueron secuestrados por los indios tres misioneros, entre ellos el español Juan Carlos Martínez, la voluntad del Gobierno de firmar la demarcación definitiva y completa de la reserva. Los que no son indígenas, entre ellos los arroceros, deberían abandonar sus tierras. La fecha de la firma por parte del presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, estaba anunciada para el pasado 30 de enero. Los misioneros fueron liberados, pero el decreto no se firmó, y la polémica entre indios y terratenientes sigue coleando. Las autoridades locales tratan de convencer a Lula de que deje a los indios de las etnias macuxi, uapixana, ingaricó, taurepangue y patamona en unas islas dentro de la reserva, que ya les habían sido adjudicadas, y que el resto pueda seguir en manos de los arroceros. La Iglesia, que tradicionalmente ha apoyado a los indios, critica al Gobierno de Lula y le acusa de demostrar poca sensibilidad con la causa indígena, e insiste en que se les entregue toda la reserva.

El líder de los arroceros de Rondonia, el empresario y agrónomo Paulo Cesar Quartiero, quien organizó la manifestación que paralizó ese Estado en enero, ha declarado que no aceptará "pacíficamente" la entrega de la reserva a los indios. Dice que el Gobierno "está perdiendo la ocasión de convertir dicha área en la California de la Amazonia". Y los indios, que hoy cuentan con algo más que arcos y flechas para defenderse, siguen en pie de guerra.

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Uno de los 29 cadáveres de los buscadores de diamantes hallados en Rondonia, cerca de la frontera con Bolivia.
Uno de los 29 cadáveres de los buscadores de diamantes hallados en Rondonia, cerca de la frontera con Bolivia.EFE

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