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Homenaje de Santa Coloma de Farners a dos alcaldes republicanos

El municipio de Santa Coloma de Farners (Selva) homenajeó ayer a dos alcaldes encarcelados y muertos durante la II República en un acto que fue considerado de "justicia histórica" por el presidente del Parlament, el republicano Ernest Benach.

Benach, que presidió el acto junto al alcalde de Santa Coloma de Farners, Antoni Solà, destacó la lucha por Cataluña de los dos homenajeados, Lluís Mon y Josep Carós, y su aportación al mundo municipal. "Los municipios no estarían donde están si no hubiesen existido estas personas que en su momento tuvieron un papel clave", dijo el presidente del Parlament. Benach destacó el papel del municipalismo en la construcción de Cataluña.

El homenaje empezó con una recepción en el Ayuntamiento. Posteriormente, la comitiva, formada por unas 70 personas, se dirigió a la calle de Lluís Mon, donde se hicieron ofrendas florales junto a una placa conmemorativa del alcalde fusilado. Dicha placa fue inaugurada en un anterior homenaje que se rindió a este alcalde republicano en 1997. Tres historiadores relataron cómo vivió Santa Coloma la guerra civil y el exilio.

Josep Carós (1885-1935), barbero y alpargatero de profesión, fue alcalde de Santa Coloma en dos ocasiones. En 1922 fue elegido por primera vez, pero con la llegada de la dictadura de Primo de Rivera en 1923 fue destituido. En 1929, con la caída de la dictadura, fue elegido por amplia mayoría. En octubre de 1934 fue destituido y encarcelado en Girona por el Gobierno español de derechas que también encarceló al Gobierno catalán con su presidente, Lluís Companys, al frente. Al año siguiente salió de la cárcel, pero con la salud muy mermada, y murió en 1935.

Por su parte, Lluís Mon (1904-1939) fue alcalde desde octubre de 1936 a septiembre de 1937 y ayudó a crear varias cooperativas. Cuando entraron las tropas franquistas permaneció en el pueblo, y sin tener delitos de sangre fue juzgado por un tribunal militar y fusilado en mayo de 1939.

Homenaje en Mataró

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La ciudad de Mataró, por su parte, homenajeó ayer a los fusilados de esta localidad durante la dictadura franquista. Al acto asistieron unas 70 personas y se plantó un olivo en la avenida de Lluís Companys de la ciudad como símbolo de la paz.

También se hizo una ofrenda floral en el cementerio en memoria de los 50 muertos de las Brigadas Internacionales acogidos en un hospital militar ubicado en el edificio de la actual escuela de La Salle. El homenaje fue organizado por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Mataró.

En otro acto de homenaje, unas 200 personas cenaron ayer en el centro cívico del barrio de Sant Martí de Barcelona tras escuchar una conferencia sobre la monarquía y la república.

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