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AL VOLANTE
Columna
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Agilidad y carácter

El planteamiento deportivo de la línea del Altea se mantiene por dentro, con un diseño sugerente y un gran cuidado en los detalles identificables con la deportividad: volante, instrumentación, pedales... Pero el carácter se aprecia sobre todo cuando se conduce, con un tacto preciso en los mandos y un comportamiento dinámico conseguido: responde con una agilidad y eficacia que le distinguen de todos los monovolú-menes de su tamaño.

Monovolumen deportivo

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Un monovolumen con espíritu de GTi

El Altea tiene la base idónea para ofrecer un buen comportamiento dinámico: el chasis del Golf y una altura más contenida de lo habitual en estos coches. Si además se añaden las suspensiones ágiles de Seat, que aportan una mejor eficacia en curva, el cóctel resultante es el primer monovolumen que divierte cuando se conduce.

El nuevo Seat es un coche cómodo y bien dotado para afrontar viajes largos sin cansar porque absorbe bien los baches y tiene una buena insonorización. Además se va sentado algo más alto que en un turismo y las butacas delanteras son grandes y confortables. Pero lo que sorprende es que se conduce con dos dedos, apenas exige esfuerzo y responde con una agilidad y precisión hasta ahora desconocidas en monovolúmenes de su tamaño. Y, aparte de tener una estabilidad notable, permite disfrutar al volante: obedece con exactitud a la dirección, se inclina muy poco en las curvas y mantiene los trazados con precisión. Además se desenvuelve con eficacia y aplomo en todas partes, desde las zonas más viradas con mal asfalto hasta las más rápidas. Y siempre transmite una gran sensación de seguridad porque hace sentir al conductor que todo está bajo control. Pero por si surge algún imprevisto incluye de serie unas ayudas electrónicas a la última (ABS, ESP...) que actúan sin que se noten y reducen al mínimo los riesgos.

Los frenos tienen también un tacto muy consistente y paran el peso en pocos metros. Y aunque el acabado Stylance no incluye las suspensiones más enérgicas del Sport, el resultado final es un monovolumen con carácter deportivo que se comporta casi como un GTi sin sacrificar la comodidad y hace olvidar las reacciones pesadas de estos coches.

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Un turbodiésel económico

La versión 1.9 TDi del Altea tiene 105 CV y ofrece una relación precio / prestaciones muy apropiada para una familia media. En ciudad responde con elasticidad desde apenas 1.300 revoluciones, lo que facilita el uso diario. Y en carretera empuja con fuerza y se estira progresivamente hasta 4.500 vueltas. Lleva un cambio de cinco marchas muy bien escalonado y sólo se echa de menos algo más de nervio al acelerar y, sobre todo, al adelantar. Y una mejor visibilidad trasera al aparcar. Pero mantiene el ritmo en las subidas, llanea de maravilla y gasta muy poco: apenas seis litros a velocidades legales y alrededor de ocho en ciudad y en conducción rápida.

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