El Museo de Prehistoria de Valencia duplicará su espacio hasta ocupar toda La Beneficència

El Museo de Prehistoria de Valencia, que contiene la colección de la cultura íbera más importante del mundo, doblará su espacio actual de 6.000 metros cuadrados hasta ocupar todo el edificio de La Beneficència que ahora comparte con el Museo de Etnología. Este centro se irá desmontando paulatinamente hasta su traslado a una nueva sede. Con estos cambios, la Diputación de Valencia pretende poner en valor el segundo museo de prehistoria y arqueología más importante de España, tras la trayectoria zigzagueante si no errática de su andadura en los últimos años.

La llegada del PP al gobierno de la Diputación de Valencia supuso en 1996 la salida como director del museo del prestigioso especialista Bernat Martí. Así pues, empezó con polémica la nueva etapa del centro, emplazado un año antes en el restaurado edificio de La Beneficència. Años más tarde se acometió lo que se presentó como la gran reordenación que fusionaba la joya de la corona de la Diputación con el Museo de Etnología para crear el Museu de les Cultures de València, toda vez que se rebautizaba la popularmente llamada Bene como el Centre Valencià de Cultura Mediterrània.

El experimento, sin embargo, no llegó a buen puerto y pronto hizo aguas convirtiendo el mar de indefinición del modelo original de La Beneficència en un océano. De hecho, desde hace unos meses, el diputado de Cultura, Vicente Ferrer, también del PP, ha emprendido otra reestructuración que desanda el camino realizado en un contexto de grave endeudamiento de la Diputación y, por tanto, de escasez presupuestaria.

Ferrer afirmó que se pondrá en marcha progresivamente durante esta legislatura (según su deseo) "un nuevo proyecto museográfico puntero que será un referente de la cultura valenciana, desde el Paleolítico hasta la época romana". Para ello, se cuenta con el "mejor equipo humano posible y de unos valiosísimos fondos, junto a la tradición e investigación prehistórica de la Diputación que se remonta a 1927". El vicepresidente de la Diputación incidió también que el nuevo rumbo del museo se ha tomado con el consenso de todos los grupos de la oposición. En consecuencia, se busca un modelo con voluntad de continuidad y futuro.

Helena Bonet, directora del Museo de Prehistoria y del Servicio de Investigación Prehistórica (SIP), explicó el plan de ocupación de las dos plantas, el altillo y los sótanos del edificio. El programa pasa por la potenciación de las actividades de conservación, investigación y difusión de todos los fondos, formados por miles de piezas halladas en diversas excavaciones de notable importante (como la Cova del Bolomor, La Lloma de Betxí o La Bastida de les Alcusses) o procedentes de donaciones y colecciones.

El recorrido expositivo seguirá un orden cronológico. Algunas de las salas ya se pueden visitar hoy mismo, como el nuevo montaje de la sala romana. Otras se irán conformando a medida que se trasladen los fondos etnológicos. Se han previsto para un plazo de cuatro a ocho años nuevas salas permanentes de numismática, de fauna cuaternaria y de la Colección América, además de próximas exposiciones temporales sobre la pintura de Altamira o el hombre de Otzi.

A la espera de la hallar la futura sede del Museo de Etnología, el director de este centro y de La Beneficència, Joan Gregori, defendió la necesidad de acometer un "proceso ordenado y racional" y destacó que el mismo será desarrollado por los técnicos.