EE UU retiene varias horas al lugarteniente del líder radical chií
Hazem al Arayi, considerado el lugarteniente del clérigo radical chií Múqtada al Sáder fue retenido ayer por soldados estadounidenses después de que acudiera al hotel Palestina para conceder una entrevista a unos periodistas. Al Arayi fue interceptado por varios militares quienes forcejearon con su séquito que trataba de impedir la detención. Horas después fue el mismo clérigo quien informó de su puesta en libertad en lo que constituye un extraño incidente en el pulso que mantienen los estadounidenses y los radicales chiíes.
Y es que las negociaciones no excluyen la presión. Mientras un grupo de dirigentes políticos chiíes y otro de representantes de sus líderes religiosos intentan mediar con Al Sáder, las fuerzas de la Coalición despachan refuerzos hacia las ciudades en control de su milicias. El propio Múqtada practica el mismo juego. En una entrevista con una televisión libanesa se declaró favorable a una mediación, pero rechaza contactos directos con la Coalición y se niega a desmantelar su milicia a menos que se lo pidan las autoridades religiosas chiíes.
Múqtada es un político nato. Sabe que difícilmente la Maryaiya (autoridad religiosa chií) va a pedirle que desmantele su milicia, el Ejército del Mahdi, ahora que su demostración de fuerza ante los ocupantes le ha reportado una gran popularidad en la calle. Sin embargo, no todos apoyan su actitud de confrontación y desde luego no las muy conservadoras clases clericales de las tres ciudades santas. Tal vez por ello, aceptaron enviar una delegación a la vista de que los mediadores del Consejo de Gobierno no lograban entrevistarse con el clérigo rebelde.
Retirada parcial
Estas gestiones y el creciente refuerzo militar parecen haber hecho mella en Múqtada, cuyos milicianos empezaron a retirarse el lunes de las comisarías y edificios oficiales de Nayaf, donde varios testigos dieron cuenta ayer de que la policía iraquí ha empezado a patrullar. Los negociadores interpretan la reaparición de los agentes de policía en Nayaf y Kerbala como un gesto de buena fe por parte de Múqtada. Sin embargo, ni los mediadores del Partido Dawa (representado en el Consejo de Gobierno), ni los representantes del estamento clerical pueden garantizar que no sea una nueva jugada de Múqtada. "No hay negociaciones directas con las fuerzas ocupantes; no las habrá nunca. Las negociaciones están en manos de los representantes de la Maryaiya".
La Coalición tampoco se fía. Dice que han aislado a los milicianos del Mahdi, pero que hasta ahora han evitado lanzar una campaña de mayor envergadura por miedo a irritar a la población chií.
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