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El Ayuntamiento convertirá ocho viejos edificios de Centro en pisos para jóvenes

El Consistorio tiene presupuestada una media de tres millones de euros por inmueble

Ocho edificios con su historia y bajo el punto de mira del Ayuntamiento. El Consistorio quiere adquirirlos para hacer viviendas destinadas a jóvenes en Centro. El presupuesto con el que cuenta para esta adquisición es de algo más de 24 millones de euros, es decir, una media de tres millones por edificio. Su intención es comprarlos antes de que termine 2004, aunque la fuerte subida de los precios en el mercado inmobiliario hace cada vez más difícil esta operación, por lo que el proceso será lento y no se descartan las expropiaciones en el caso de inmuebles ruinosos.

En este momento, el Consistorio está estudiando la compra de los ocho edificios. Cuentan con unas 60 viviendas, que podrían convertirse en unas 96 si las rehabilitase el Ayuntamiento. El objetivo es cerrar la operación antes de que acabe 2004.

El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, anunció ya durante la campaña electoral su intención de comprar o, incluso, expropiar edificios en mal estado en Centro para destinarlos a los jóvenes.

Y es a la expropiación hacia lo que se va a tender en los próximos años, debido a la fuerte subida de los precios que ha experimentado el mercado inmobiliario, según explica el concejal de Vivienda, Sigfrido Harráez.

Por eso, el ritmo de compra de edificios -21 en los últimos seis años- probablemente disminuya, "ya que la expropiación es un proceso muy lento", añade. Esta medida se producirá cuando los propietarios no quieran atender a las necesidades de conservación del edificio o quieran especular. "En eso estamos de acuerdo todos los grupos del Ayuntamiento", explica el concejal.

El requisito para elegir los inmuebles para una posible adquisición, según Herráez, es simplemente poder acceder a ellos al precio que las arcas públicas puedan pagar, teniendo en cuenta el valor de la finca (la obra que hubiera de hacerse) y el rendimiento, en alquiler o venta para jóvenes, que se pueda obtener.

Cada uno de los ocho inmuebles que estudia comprar el municipio tiene su propia historia. Muchos de los inquilinos que aún viven en ellos lo hacen en alquiler desde hace largo tiempo, por lo que pagan una renta antigua, es decir, un precio pequeño comparado con los que actualmente se pagan en el mercado. Algunos de los edificios datan de principios del siglo XX o finales del XIX.

- Calle de San Bernardo, 48 (barrio de Malasaña). Ahora tiene ocho viviendas y, en la planta baja, la librería Fuentetaja. Con la rehabilitación, Jesús Ayuso, dueño de la librería y de todo el edificio, pretende hacer otras cuatro viviendas. Lleva con la librería desde los años setenta y compró el inmueble a finales de los noventa. No sabe nada del interés del Ayuntamiento por comprar el edificio.

- Calle de Velarde, 1 (barrio de Malasaña). También hay ocho viviendas. Jesús, dependiente de la tienda de ropa Haro, SL, desde hace 18 años -la tienda se abrió allá por los cincuenta-, afirma que son dos los propietarios. El edificio, que cuenta con un ascensor, está en perfecto estado. La última rehabilitación del inmueble se produjo hace dos años.

- Calle de Fuencarral, 31 (Malasaña). Hay ocho inquilinos, dos de ellos de renta antigua. Se encuentra ahora mismo en proceso de rehabilitación. Miguel, dependiente de la tienda de zapatos Iris, en el bajo, desde hace treinta años, asegura que el inmueble tiene dos dueños y que la finca data de principios del siglo XX. Ya en 1959 hubo un proyecto de sustitución de las vigas, según el Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM).

- Calle de las Huertas, 52 (barrio de Huertas). En proceso de rehabilitación, a cargo de Gerencia de Urbanismo. La malla que cubre el andamio que, a su vez, cubre toda la fachada del edificio, impide que nadie pueda vivir allí en este momento. Un bar ocupa la planta baja.

- Calle de Fúcar, 6 (barrio de Huertas). Justo al lado de la Concejalía de Medio Ambiente. El Ayuntamiento intentó comprar el edificio hace muchos años para construir un polideportivo. Hace un año cambió de dueño. Éste está rehabilitando el edificio. La planta baja está ocupada por un bar y una panadería. Aún hay residentes, los de la pensión Fúcar, según la empleada de la panadería.

- Calle del Olivar, 32 (barrio de Lavapiés). Lo primero que uno se encuentra al llegar a este inmueble es que el portero automático está completamente destrozado. Alí cuenta que vive en él desde hace dos años, en el piso de un amigo que está de alquiler. No sabe si todos están alquilados y calcula que hay unas nueve viviendas.

- Calle de Bastero, 1 y 3 (barrio de Latina). Se encuentra en situación ruinosa. Mirado desde exterior, parece imposible que viva nadie allí. En la escalera, la sensación es exactamente la misma. El número 1 está tapiado, y en el 3, que comparte escalera, viven aún tres familias de personas mayores, una vez más, de renta antigua. En el tercer piso vive Jesús Sánchez, de 63 años, desde hace 32. Su mujer y sus dos hijos viven con él. Es de Toledo, de Herencia. "El dueño [del edificio] es de Murcia, no sé cómo se llama, pero nos ha dicho que va a rehabilitar el edificio", señala.

- Calle de Milaneses, 2 (Sol). En ruina, completamente cerrado, tanto los pisos, que según el portero automático son ocho, como el bar del bajo. Éste es uno de los primeros objetivos del Consistorio por su privilegiada situación -hace esquina con la calle Mayor, a sólo unos pocos metros de la plaza Mayor- y por sus 700 metros cuadrados de superficie edificable. En 1991 hubo un proyecto de derribo que nunca se llegó a llevar a cabo.

Pisos vacíos de la Seguridad Social

El Ayuntamiento planea desembolsar algo más de 24 millones por la compra de ocho inmuebles para que los jóvenes puedan acceder a una vivienda en Centro. Y allí mismo, muy cerca de uno de esos edificios, en la calle de Fuencarral, número 77, la Tesorería General de la Seguridad Social, organismo dependiente del Ministerio de Trabajo, posee un inmueble en mal estado.

Un centro comercial malvive en la planta baja con cuatro tiendas. Sus inquilinos se quejan de que la Tesorería no cuida el inmueble y que pone trabas para que se vean obligados a cerrar, como han ido haciendo el resto de locales -que no se han vuelto a alquilar- en este pasadizo, abierto en 1956 y que albergaba 17 tiendas.

En las cinco plantas superiores, en los siete pisos y tres oficinas, según afirma el conserje, sólo hay una oficina de Atención a los Afectados por el Síndrome Tóxico y una familia que dejará el piso en verano.

Junto a la entrada del pasadizo por la calle de Fuencarral -hay otra más por la calle de la corredera alta de San Pablo-, en el local de la derecha, hubo hace años varios amagos de implantar una oficina de atención al público de la Tesorería. Ahora está desocupado.

En total, la Tesorería tiene 270 viviendas vacías en la capital, pero no tiene intención de alquilarlas ni de venderlas. No se arriendan porque la normativa no lo permite, según el subdirector general de Patrimonio de la Seguridad Social, Julio Megía; y no se vende porque el proceso para sacar al mercado estas casas es lento y complejo, aseguró hace unos meses.

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