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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Natalidad empresarial

Emilio Ontiveros

Han pasado cuatro años desde que el Consejo Europeo reunido en Lisboa definiera la estrategia y agenda destinada a hacer de la Unión Europea (UE) la economía "más competitiva y dinámica basada en el conocimiento" en 2010. Aquel propósito se definió sobre la base de un diagnóstico correcto que tenía en la brecha de 30 puntos en renta por habitante frente a Estados Unidos (EE UU) su exponente más ilustrativo. Europa sigue ocupando a menos personas y la productividad de esos ocupados es también significativamente inferior a la que se registra en la economía estadounidense.

Cada año por estas fechas el Consejo Europeo revisa el progreso realizado en el cumplimiento de esa agenda. Especial atención merece el análisis del comportamiento de las economías nacionales en los ámbitos del empleo, la innovación, la investigación y la empresa. Las conclusiones de este año, a tenor de lo que reflejaba el propio informe de primavera de la Comisión Europea, no pueden ser más decepcionantes. Los objetivos que se establecieron a medio plazo han sido incumplidos y la propia Comisión trata de lanzar nuevos planes que posibiliten una aceleración de esa senda hacia la igualación con la economía más próspera del mundo, ya sea mediante iniciativas comunitarias o estimulando las acciones nacionales.

Casi el 60% de los encuestados en EE UU están dispuestos a emprender sin temor al riesgo; solo el 37% prefiere trabajar como asalariado

Una de las diferencias más acusadas e importantes con EE UU en esa dirección de fortalecimiento competitivo radica en la capacidad para generar incentivos a la creación de empresas, precondición no sólo para el aumento del empleo, son igualmente para el fomento de la innovación. Los últimos resultados del Eurobarómetro no registran avances en la disposición de los europeos a emprender. Sólo el 4% de los europeos han estado vinculados a la creación de una empresa durante los últimos tres años; en EE UU las personas involucradas en nuevas iniciativas empresariales triplica a las existentes en Europa. Uno de cada dos consultados prefiere trabajar como empleado antes que ser empleador; a un 57% de los mismos jamás se le pasó por la cabeza ser empresario. La razón que aportan dos de cada tres de los europeos para renunciar a crear su propia empresa es la excesiva aversión al riesgo: el temor a fracasar.

Los ciudadanos estadounidenses, sin embargo, definen actitudes bien distintas, prácticamente opuestas: casi el 60% de los preguntados estarían dispuestos a emprender sin temor al riesgo, siendo tan sólo el 37% los que prefieren trabajar para la empresa de otro. Si tomamos en consideración la tendencia al envejecimiento de la población europea, la conclusión acerca de la posible reversión de esas preferencias no puede ser muy halagüeña: el grupo de empresarios más activos, los comprendidos entre 25 y 34 años, pueden pasar a ser especies raras en las próximas décadas. En mayor medida si el sistema educativo sigue divorciado de esa propensión a emprender.

Tanto los consultados en EE UU como en la UE asumen que dirigir una empresa es algo que se aprende. Sin embargo, así como en EE UU se confía al respecto en las universidades de forma mayoritaria, en Europa esa confianza es notablemente inferior.

Que en tales actitudes y preferencias influyen factores culturales de difícil desarraigo parece cierto, pero también debe tener una cierta importancia la existencia de obstáculos, relativamente importantes en algunos países europeos, a la concreción de esos propósitos emprendedores. El plan de acción lanzado por la Comisión el pasado 2 de marzo para el fomento de la natalidad empresarial identifica cinco prioridades: la complicidad del sistema educativo, la revisión de la legislación sobre quiebras, la simplificación y suavización fiscal de los pasos en las transferencias de las empresas familiares, las cotizaciones sociales de los autoempleados y, no menos importante, la movilización de recursos financieros, de capital riesgo en sus distintas modalidades.

Sugerencias en modo alguno nuevas, pero absolutamente vigentes. También para el próximo Gobierno español, programáticamente empeñado en hacer de la innovación una de sus prioridades.

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