Un bienestar más bien mediocre

Quizás los responsables políticos valencianos debieran pensárselo dos veces antes de volver a aludir al liderazgo nacional, europeo o incluso mundial del que hacen gala cuando se refieren a diversas parcelas de la Comunidad Valenciana ante los datos que refleja el Anuario Social de España 2004 que edita anualmente la Fundación La Caixa y que se hicieron públicos ayer.

De los 12 indicadores que se analizan de bienestar social -renta, salud, servicios sanitarios, índice educativo y cultural, oferta educativa y ocio, empleo, condiciones laborales, vivienda, accesibilidad económica, convivencia, seguridad ciudadana y entorno natural- la Comunidad Valenciana no está entre las cuatro autonomías mejor situadas en ningún momento. En la gran mayoría de los casos hay que buscar en la mitad de la tabla para encontrarla, generalmente, en la mitad baja y en una posición más bien discreta.

Sólo en la clasificación provincial y en dos índices, se puede encontrar algún consuelo. Uno de ellos es el primer lugar que ocupa Alicante en accesibilidad económica y seguridad vial, es decir un indicador sobre facilidad de acceso a centros económicos y de servicios, así como el grado de siniestralidad en las carreteras. Tomando como media una base 100, Alicante está por encima de 160, Valencia entre 115 y 130; y Castellón entre 100 y 115. En este apartado, la Comunidad Valenciana ocupa el quinto lugar por detrás de Madrid, Canarias, Murcia y Cataluña.

La otra satisfacción la aporta la provincia de Valencia. Con unos servicios sanitarios -tasa de personas con cobertura sanitaria, de accesibilidad a hospitales, o a alta tecnología- un 24% superior a la media, se sitúa entre las primeras provincias, a la altura de Asturias, el País Vasco, Navarra, Zaragoza, Madrid y Barcelona.

Estos buenos registros hacen que la clasificación autonómica en estos dos índices supere la media del resto de comunidades. También la rebasa en cuestiones como las condiciones de trabajo -tasa de contratos precarios, despedidos por expedientes de regulación de empleo, cobertura de la tasa de desempleo-, donde la Comunidad Valenciana ocupa el sexto lugar de las 17 autonomías. Algo más bajo es el puesto que ocupa en el índice de entorno cultural y clima: el octavo.

Más allá de éstos, se va descolgando hasta ocupar el quinto puesto por la cola en índice de salud -tasa de mortalidad, de calidad de salud- y en oferta educativa, de ocio y cultural; el sexto por la cola en renta y en nivel educativo y cultural; o el cuarto en índice de seguridad ciudadana.Tampoco son demasiado esperanzadores los datos sobre la tasa de paro: sextos por detrás de Andalucía, Extremadura, Galicia, Canarias y Castilla y León; o los relativos a la audiencia de periódicos: un 31,2% de la población, cuartos por la cola, sólo superados por Castilla la Mancha, Andalucía y Murcia. Se escucha, además, ligeramente menos la radio que en el resto de España (un 52,2% de valencianos lo hace a diario por un 54,7% de media estatal), y se atiende a la televisión diariamente casi en un porcentaje similar: un 90,9% frente al 89,8%.

La sociedad de la información es otro de los aspectos en los que no destaca la Comunidad Valenciana. Está por debajo de la media en hogares con ordenador ( 35% frente a 36,3%) o de casas con acceso a Internet, una tasa de 17,3% frente a la media estatal del 18,7%.