El jurado del FAD de arquitectura constata el interés por la sostenibilidad

"Puede apreciarse un lento cambio de tendencia arquitectónica en la que el interés no está tanto en la forma o la estética, sino en una reflexión ligada a la sostenibilidad", destacó ayer el arquitecto madrileño Emilio Tuñón, presidente del jurado de la 47ª edición de los premios FAD de arquitectura. Tuñón valoró la alta calidad de las obras presentadas a esta edición -522 de las que se han seleccionado 64 y declarado 33 finalistas- y reveló que el jurado ha valorado este año "más las obras públicas o colectivas que las pequeñas viviendas unifamiliares, exquisitas y refinadas, que han dominado estas últimas ediciones". El fallo definitivo se dará a conocer el 22 de junio.

Entre las 14 finalistas de este año en el apartado de arquitectura figuran el aulario del Campus Universitario de Vigo, de Enric Miralles y Benedetta Tagliabue; el Palacio de Congresos y Auditorio de Navarra, de José Mangado Beloqui; la estación de autobuses subcomarcal de Cáceres, de Justo García Rubio; la estación intermodal del AVE en Zaragoza, de Carlos Ferrater y José María Valero; las torres JH-aSZ, de la Cidade da Cultura de Galicia en Santiago de Compostela, de Elena Cánovas, John Hejduk y Antonio Sanmartín; y dos casas en Ponte de Lima, Portugal, de Eduardo Souto Moura.

Entre los siete finalistas en espacios exteriores destacan la restauración paisajística del vertedero del Garraf, de Enric Batlle, Joan Roig y Teresa Gali-Izard, y la remodelación del paseo del Óvalo de Teruel, de David Chipperfield y Fermín Vázquez. De los siete finalistas de interiorismo destaca el trabajo de João Mendes Ribeiro para convertir en centro de arte el antiguo Patio de la Inquisición de Coimbra.