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El PP rechaza pactos parlamentarios para marcar la dureza de su oposición

El PSOE busca fórmulas para que haya pluralidad en las Cámaras sin perder la mayoría

El PP comunicó ayer al PSOE sin aspavientos y con naturalidad que el viernes, cuando se constituyan las mesas del Congreso y del Senado, sus parlamentarios van a votar a sus propios candidatos sin ceder puesto alguno a las minorías. El PP no ve razón para ceder algún puesto a otros grupos al prever que no van a tenerlos como aliados sino que posiblemente votarán con el PSOE o se abstendrán. El PP avanza así una "radical" oposición contra el Gobierno socialista desde el primer momento. El PSOE se prepara para una relación similar a la que tuvo con los populares entre 1993 y 1996.

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"El PP se autoexcluye del pacto global al que pretendíamos llegar entre todos para que en las Mesas del Congreso y del Senado se reflejara la pluralidad que ha salido de las elecciones generales". Ésta fue la declaración del futuro portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, que junto al todavía portavoz, Jesús Caldera, y la futura vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, acababa de reunirse con el futuro portavoz del PP, Eduardo Zaplana, y con quien ocupó ese cargo en la pasada legislatura, Luis de Grandes.

Momentos antes, Zaplana señaló: "No se puede hablar de pluralismo a costa del PP" y, además, "los 9,7 millones de votantes" de su partido no entenderían esos pactos y cesiones a cambio de nada. "Los españoles han decidido que estemos en la oposición y eso es lo que vamos a hacer", aseguró.

Con sus votos y la mecánica de la votación, el PP puede obtener cuatro puestos de los nueve que hay en la Mesa del Congreso. El PSOE, también sin ayudas, lograría cinco. Los socialistas propusieron quedarse con cuatro, que el PP se conformara con tres, y darle uno a CiU y otro a IU.

Sin negociación

La respuesta ayer del PP fue que el PSOE haga lo que quiera pues la oferta de "pluralidad" ha sido suya. No llegaron a hablar siquiera del reparto de la Mesa del Senado. El argumento de fondo es que IU ha anunciado que votará con los socialistas y CiU que, como mínimo, se abstendrá. Es decir, el PP cree que la generosidad debe tenerla quien tiene algo que ganar. Y como quiera que los populares no prevén ayudas para hacer oposición, no ven motivo para participar en ese pacto.

En la reunión de los dos grupos no hubo tensiones. El PP se limitó a exponer su posición. Rubalcaba no pudo reprimir preguntarle a Zaplana si eso significa que el PP va a reeditar el tipo de oposición que hizo en 1993, de extrema dureza contra el Gobierno socialista y sin un minuto de tregua. El PSOE había perfilado un escenario en el que la elección de las Mesas del Congreso y del Senado y de las comisiones quedaran al margen de la controversia política.

No ha sido así. Los socialistas conversaron ayer con CiU, PNV y Coalición Canaria, y hoy lo harán con ERC e IU. También los populares se reunieron ayer con CC, pues sus cuatro senadores son lo que les falta para la mayoría absoluta en la Cámara Alta.

La búsqueda de la solución, sea cual sea, tiene que cerrarse el jueves por la noche ya que el viernes, a las 10.00, todos los diputados y senadores están llamados para votar a los miembros de las Mesas del Congreso y del Senado.

En el esquema inicial de los socialistas no entraba ceder un puesto en la Mesa a ERC a pesar de que tenga más escaños que IU. El PSOE sigue en este caso el criterio de José Luis Rodríguez Zapatero que tiene en cuenta el número de votos y no de escaños. En ese terreno IU supera a ERC. Esquerra asegura que este criterio no empeña de momento su intención de apoyar la investidura de Zapatero como presidente.

Los socialistas se equivocaron al pensar que con su compromiso de favorecer la presidencia del Senado para un miembro del PP todo quedaba arreglado. Los populares dan por supuesto que a ellos les corresponde la presidencia de la Cámara Alta al ser el grupo con más representación, aunque les falten cuatro senadores para la mayoría absoluta. El PP mantiene que la presidencia siempre ha recaído en el grupo más votado. Añade que si Zapatero cumple en el Senado su compromiso de no gobernar si no es el más votado la presidencia correspondería al PP.

Arrebatársela, además, exige un acuerdo de todos contra el PP para que otro candidato tenga la mayoría absoluta. Lo quiere Entesa. Y, si no hay un acuerdo de todos contra el PP en la primera vuelta, en segunda votación el candidato popular obtendría la presidencia por mayoría relativa. Y tras el presidente, la Mesa del Senado se reparte, sin pacto, con tres puestos para el PSOE y otros tres para el PP.

Eduardo Zaplana, Alfredo Pérez Rubalcaba, Jesús Caldera y Luis de Grandes, ayer en el Congreso.
Eduardo Zaplana, Alfredo Pérez Rubalcaba, Jesús Caldera y Luis de Grandes, ayer en el Congreso.EFE

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