"Las escaleras parecen cataratas; llevamos años así"
"El edificio es de siete plantas y las goteras del techo llegan hasta la primera; imagínate cómo cae el agua". Adrián Caparrós, representante de los alumnos de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Politécnica de Valencia, se lamentaba ayer de las filtraciones que periódicamente sacuden a los estudiantes, especialmente peligrosas en instalaciones donde se emplean soldadoras o sierras. "Las escaleras parecían cataratas", comentaba ayer. Mientras, los estudiantes, medio en broma, desplegaban sus paraguas dentro del edificio para resguardarse de las goteras y esquivaban los pasillos cerrados mientras los operarios de limpieza retiraban el agua con mochos o equipos de succión. "Han pasado el parte de que se suspendan las clases, pero en grabado y dibujo aún están trabajando", comentaba el representante estudiantil a media mañana. Donde también se pararon las clases fue en la escuela Oficial de Idiomas de Valencia, después de inundarse la escalera principal y por el peligro que suponía para los alumnos. Los responsables del centro comentaban que el edificio se construyó hace 40 años y "últimamente se acumulan las averías y los problemas", entre los que destacaron la impermeabilización de la cubierta, que "no está en orden". "A la vista de la situación planteada por las lluvias y los desperfectos del edificio departamental y el aulario norte" el decanato de la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia decidió la suspensión de actividades y clases en los dos edificios durante el día de ayer.
En Picassent los problemas se centraron en las casetas prefabricadas del instituto y en el colegio recién inaugurado este curso de la Verge de Vallivana, como relataba la alcaldesa de la localidad, Conxa García. "Las obras no se han hecho como deberían y el gimnasio tiene palmo y medio de agua; está sin estrenar", apuntaba la responsable de este municipio de L'Horta Sud. El centro, "que aún no ha sido inaugurado oficialmente", como relataba García, acoge a unos 500 alumnos de educación primaria y secundaria. "Es un colegio nuevo pero el que tiraron estaba en mejor estado", señalaba la alcaldesa.
Otro de los desperfectos provocados la lluvia y el viento se produjo en el embarcadero de la dársena sur del Puerto de Valencia, que acoge a un muelle de barcos de pesca de recreo, situado entre un canal y el club náutico. "El temporal ha arrancado un pantalán de atraque y se han hundido de proa las seis o siete embarcaciones que estaban amarradas dejando la hélice al aire", apuntaba Pascual Adelantado, que reflotó los barcos y cuya embarcación se salvó por estar en el dique seco.
En la barriada de Les Basses de Alzira, la lluvia provocó el enfado de los vecinos que ven todos los años entrar el agua en sus viviendas por la proximidad del barranco de La Casella donde desaguan los colectores de esta zona. "Es la tercera vez durante los últimos tres años que se inunda este barrio" apuntaba Pascual, un vecino de la calle de José María Llopica donde las aguas se elevaron hasta los 40 centímetros. "No me pillará más", dijo. "Vendo la casa y me voy a un piso" tras contemplar los efectos de la humedad en los muebles, el frigorífico y las puertas de su planta baja. La presidenta de la asociación, vecinal Elvira Olmos reclamaba al Ayuntamiento "una solución para que podamos vivir sin angustia en este barrio".
