"Los ahorros de nuestra vida se han perdido"

David Rodríguez y Daniel Olaya, de 27 y 28 años, montaron en abril de 2003 su negocio. El que les tiene que dar de comer. Naturales de Málaga encontraron en Rincón de la Victoria, el lugar en el que instalar su videoclub, The big apple. Todo iba bien, afirman. Tenían 1.600 socios, 1.900 películas en vídeo y DVD y un cajero expendedor de cintas. "Lo montamos a lo grande, con todos nuestros ahorros y un poco más, unos 110.000 euros", explica Daniel con una fregona en la mano.

A su lado tiene una pila de cintas de vídeo que ya no sirven ni para grabar en ellas un bautizo. "Hemos perdido 700 películas y juegos de ordenador. Cada una cuesta unos 50 euros". Unos 35.000 euros. Sin contar el expendedor de películas, anegado por el barro, los ordenadores, los muebles y lo que aún no han visto. "Creemos que hemos perdido 72.000 euros", calcula Daniel y menea la cabeza como si aún no se lo creyera.

Las pérdidas se han ido con el barro que ahora impregna todo el local. Con dos escobas y la ayuda de varios amigos empujan lo que pueden hacia la puerta. Luchan así contra la maldición de la Avenida del Mediterráneo, la calle que se convirtió en río un día de marzo de 2003.