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El primer ministro polaco dimite tras una escisión en su partido

Miller mantendrá el puesto hasta el 2 de mayo

El primer ministro de Polonia, Leszek Miller, de la Alianza de la Izquierda Democrática (SLD), el partido de los antiguos comunistas reconvertidos en socialdemócratas, anunció ayer en Varsovia su dimisión, pero permanecerá en el cargo hasta el 2 de mayo, un día después de la entrada de Polonia en la UE. El presidente de Polonia, Alexander Kwasniewski, aceptó la dimisión de Miller. Kwasniewski iniciará el próximo lunes consultas para designar primer ministro y para la formación de un Gobierno.

A partir del 2 de mayo, el nuevo Ejecutivo tendrá 14 días para conseguir una mayoría en la Dieta polaca (Parlamento). Si no consiguiera el apoyo parlamentario suficiente, Kwasniewski convocará elecciones anticipadas.

La dimisión de Miller abre de nuevo una interrogante sobre la posición de Polonia ante la futura Constitución europea, tres días después de su entrevista con el canciller federal alemán, Gerhard Schröder, en la que dejó abierta la posibilidad de un compromiso, y horas después de regresar a Varsovia desde Bruselas, donde asistió a la cumbre de la UE. La primera impresión en Varsovia es que la dimisión de Miller no afectará a la decisión de negociar las condiciones para "dar a Polonia en la Constitución europea el peso que le corresponde", tal como prometió Schröder.

El presidente Kwasniewski emitió ayer una señal de la continuidad de la política exterior de Polonia al declarar que no aceptaría el cambio de los ministros de Defensa y Exteriores para mantener tanto la política de participación de las tropas polacas desplegadas en Irak como la línea de negociación con la Unión Europea.

La de Miller, de 57 años, fue una dimisión anunciada. Sólo faltaban los detalles de la renuncia. La escisión de un grupo de notables de su partido, encabezados por el presidente de la Dieta, Marek Borowski, que en la medianoche del jueves al viernes anunció la formación de un nuevo partido denominado Socialdemocracia Polaca (SDPL), dio la puntilla a un Miller en plena agonía demoscópica. La caída en picado de la SLD en los sondeos no la consiguió frenar la renuncia a principios de mes de Miller a la presidencia del partido.

La SLD, implicada en un largo rosario de escándalos y con el tufo de la corrupción por doquier en Polonia, destrozó en dos años y medio la esperanza que los polacos depositaron en ellos cuando el 23 de septiembre de 2001 los devolvieron al poder con un 41,3% de los votos y dejaron aniquilada a la derecha que gobernaba el país desde el año 1997. Los últimos sondeos, publicados ayer, registraban que la SLD podría desaparecer en las elecciones al Parlamento Europeo del 13 de junio por no llegar siquiera a la barrera del 5%, límite establecido para tener derecho a representación parlamentaria.

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El promotor del nuevo partido y cabeza de la escisión, Borowski, acusó a Miller y a la dirección de la SLD de haber perdido en dos años y medio 4,5 millones de electores. Sostiene Borowski: "No podemos permitir que la izquierda desaparezca del escenario político polaco".

Vicios del sistema comunista

La SLD, formada casi en su totalidad por dirigentes y cuadros comunistas del desaparecido Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista), que gobernó Polonia desde el final de la II Guerra Mundial hasta los años ochenta, conservó los vicios del viejo sistema y lo peor del antiguo régimen. Es decir, estructuras de poder centralizadas, burocratismo y corrupción a todos los niveles. Muchos polacos llaman todavía a los de la SLD "los comunistas" y no se acaban de creer su conversión a la socialdemocracia.

Esto no ha impedido que en dos ocasiones desde la caída del comunismo, en los comicios de los años 1993 y 2001, los electores los hayan llevado al poder. Si la SLD no consigue cerrar la crisis abierta ahora con la dimisión de Miller como primer ministro, Polonia afrontaría el riesgo de un auge de partidos populistas y un futuro político incierto cuando sólo faltan 36 días para la entrada del país en la Unión Europea.

Leszek Miller, ayer, durante la cumbre europea en Bruselas.
Leszek Miller, ayer, durante la cumbre europea en Bruselas.REUTERS

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