Romain Duris convierte a Arsène Lupin en un héroe moderno
Jean-Paul Salomé dirige un filme sobre el personaje creado por Leblanc
Jean-Paul Salomé dispone de 22 millones de euros para recrear las aventuras del mítico Arsène Lupin, el primer ladrón de guante blanco, un criminal con palco propio en la Ópera de París y con una habitación permanente en el Savoy de Londres, el Ritz de París y el Danieli de Venecia -es decir, el trayecto del célebre y lujoso Orient-Express-, un criminal a quien Guerlain hacía un perfume exclusivo y de cuya amistad se enorgullecían el banquero Morgan, el cantante Caruso o el primer ministro Raymond Poincaré. En la pantalla, actores como John Barrymore, Jean-Claude Brialy o Jules Berry han encarnado al personaje. Ahora, Salomé ha decidido dotarle de un rostro totalmente contemporáneo y ha escogido para ello a Romain Duris (Le divorce).
"La verdad es que nunca había leído ninguna novela de Maurice Leblanc, pero tenía la sensación de conocer a Arsène Lupin desde pequeñito", explica Duris entre toma y toma. Estamos en un plató de los alrededores de París y la secuencia que ruedan ha obligado a construir la parte superior de un faro. "El faro de verdad está en Normandía, junto a un acantilado por el que cae uno de los malvados". Se trata de Pascal Gregory, que rivaliza con Duris e intenta también seducir a las dos mujeres de la historia: Eva Green y Kristin Scott Thomas. "Eva es mi amor de infancia, somos novios desde pequeñitos, mientras que Kristin simboliza la atracción del mal, el lado oscuro de Lupin, que se siente como imantado por la condesa Cagliostro", dice Duris.
Para Jean-Paul Salomé, el filme "ha de contar el paso del héroe decimonónico al héroe moderno. La ciudad de París también vive una gran transformación durante la acción, con la construcción del gran puente de Alejandro III sobre el Sena, el más lujoso, ancho y bello de la capital. Gracias a trucajes electrónicos podremos ver el puente durante diversas fases de dicha construcción". El director cree que "Lupin roba para evadirse, para olvidar la vida de verdad", mientras que Duris piensa que lo que caracteriza al personaje es "su libertad, su carácter de rebelde respecto a la sociedad en la que vive".
La novela en que se basa el filme -La condesa de Cagliostro- es de 1924. "Maurice Leblanc inventó el personaje en 1905 para sacar de un apuro a un amigo editor", recuerda Salomé. Pero el éxito de su invento fue tal que el escritor se vio obligado a olvidarse de sus novelas simbolistas y de su teatro psicológico para dedicarse a escribir las andanzas de Arsène Lupin. "Llegó a decir que se sentía prisionero de su héroe, que no se trataba de que le persiguiese como una sombra, sino que él se sentía mera sombra de Lupin". A Duris le divierte también evocar el destino de Leblanc: "Acabó por escribir 18 novelas con Lupin como protagonista, dos obras de teatro y una opereta. Sus otras obras, de corte erótico, psicológico o de anticipación, tienen mucho encanto pero nadie las leyó". El actor dice "no interpretar Lupin, sino ser Lupin. Por edad y por falta de técnica, no puedo desdoblarme, verme desde fuera. Necesito ser el personaje". Y de ahí también la importancia que da a los elementos de caracterización física. "Ponerte una ropa en vez de otra te ayuda. Lupin, de joven, va vestido de manera muy personal, pero luego se convierte en un dandi, en el rey de la elegancia moderna. Si Rocambole, su contemporáneo, aún duerme en camisón, Lupin ya lleva estupendos pijamas de seda. Y no sólo eso, sino que todos los viernes va al baño turco a perder kilos y de vez en cuando hace escapadas a la montaña para tomar el sol e imponer el bronceado como ideal de belleza".
El proyecto llegó a manos de Jean-Paul Salomé porque el director previsto en un principio -Antoine de Caunes- tendía a ver el personaje desde un ángulo que los productores estimaron demasiado sombrío. "Es un gran presupuesto y hay que conciliar intereses que a veces pueden parecer enfrentados. Me he mirado todas las películas que se habían hecho antes sobre Lupin, pero lo que de verdad me inspira es el tratamiento gótico que Tim Burton da a alguna de sus historias", señala el director.
Babelia
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