La UE toma medidas para proteger a delfines y marsopas

Los delfines y las marsopas de los mares europeos estarán mucho más seguros a partir de ahora. La prohibición de la UE de las redes de deriva, que se aplica desde enero de 2002, se extenderá también al mar Báltico y, además, el resto de las redes usadas en los grandes pesqueros para ciertas zonas tendrán que emitir ultrasonidos que alerten a los cetáceos del peligro de enredarse en ellas.

Estas decisiones las tomaron en la noche del lunes los ministros de Agricultura y Pesca de la UE, siguiendo los consejos de un informe científico que avisa del peligro de extinción de esos cetáceos. La conservación de las especies está detrás de muchas de las medidas de esos ministros, las cuales a menudo afectan muy negativamente al sector a corto plazo. Pero la Comisión Europea explica que, a largo plazo, si no hay peces no hay pesca.

Desde enero de 2002 están prohibidas en la UE las redes de deriva para evitar que los cetáceos, atraidos por las capturas de especies más pequeñas, queden enredados hasta morir. La prohibición no incluía, sin embargo, el Mar Báltico, donde, según el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM), la existencia de delfines y marsopas está gravemente amenazada.

El acuerdo del lunes consiste en terminar poco a poco con las redes de deriva, muy utilizadas para la pesca del salmón con artes de hasta 21 kilómetros, también en el Báltico. Así, a partir de enero de 2008 ningún barco podrá utilizar tales redes en aguas europeas.

Además, los ministros han decidido que se equipen con dispositivos de ultrasonidos las redes de enmalle de fondo en las zonas donde suelen capturarse accidentalmente los cetáceos, y que son, fundamentalmente, el Mar del Norte y el Canal de la Mancha. El principal obstáculo para esta medida es económico. Los aparatos deben guardar una distancia máxima entre sí de 200 metros y cada uno de ellos cuesta unos 100 euros. Dado que tienen una vida útil limitada, se calcula que a un barco le costará la decisión entre 6.000 y 8.000 euros anuales, aunque sólo deberán cumplir la disposición los navíos con más de 12 metros de eslora.

España e Italia votaron contra el acuerdo y no por razones monetarias, sino porque los ministros han decidido adelantar la imposición de estos dispositivos a junio de 2005 en el Mar del Norte y el Báltico, y a enero de 2006 en el occidente del Canal de la Mancha, justamente donde faenan los pesqueros españoles. Sin embargo, la medida no entrará en vigor hasta enero de 2007 en la zona oriental del Canal, lo que favorece, según el ministro español, Miguel Arias Cañete, a los pescadores británicos y franceses.