El Ayuntamiento en pleno rinde homenaje a las víctimas del 11 de marzo
Jiménez dice que Madrid es hoy "más sabia" y Sabanés reclama "compromisos por la paz"
Un minuto de silencio, cuatro discursos cortos -cada uno seguido de largos aplausos-, más de una lágrima y un sentimiento común, el estupor ante la barbarie, juntaron ayer a los tres grupos municipales en la sala de plenos del Ayuntamiento. El homenaje a las víctimas de los atentados del 11-M logró unir a PP, PSOE e IU en torno a un solo objetivo: que el recuerdo de lo que pasó no se borre y que Madrid "siga adelante" a pesar de él. Sólo Inés Sabanés, de IU, hizo referencia a la guerra contra Irak. La socialista Trinidad Jiménez dijo que la capital es hoy más vulnerable pero, a la vez, más fuerte; y el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, pidió que el 11-M dé paso a "un mundo más razonable".
Todos dirigieron la mirada a la tribuna de invitados para agradecer a los representantes de la Policía Municipal y de los servicios de emergencia su trabajo en la trágica jornada del día 11, que dejó 202 muertos y más de 1.500 heridos en tres estaciones de tren de la capital.Once días después del día 11, y tras una semana de actos, homenajes y funerales por las víctimas, el Ayuntamiento de Madrid celebró ayer, a petición del PSOE, un pleno extraordinario para dar fe del luto de los grupos municipales. Fue poco más de media hora en la que los 47 concejales presentes (faltaron ocho) se escucharon en silencio y aplaudieron al unísono las palabras de unos y otros. Entre todos, uno con el semblante más apagado que el resto: el socialista Óscar Iglesias, que perdió a una prima en los atentados.
La sesión comenzó con un minuto de silencio que, en el reducido espacio del salón de plenos, resultó más solemne y más sentido que nunca. Los concejales de gobierno y oposición, puestos en pie y apretados en sus respectivas y enfrentadas bancadas, miraban al suelo. El alcalde mantenía la vista fija al frente. En la tribuna de invitados, mandos de la Policía Municipal y de los servicios de emergencias, que recibirán la Medalla de Honor de la capital por su labor durante la tragedia.
Después empezaron los discursos. El más emotivo, el de Sabanés, que logró a duras penas contener el llanto y contagió su emoción al alcalde. El más optimista, el de Jiménez, que afirmó que Madrid es hoy "una ciudad más triste", pero también "más sabia". El más agradecido, el de Ruiz-Gallardón. Y el único que quiso recordar la sangre, los cadáveres alineados en la morgue de Ifema, el miedo y la rabia de las primeras 24 horas, el del portavoz del PP, Manuel Cobo.
"Nuestra ciudad tiene más que nunca la autoridad moral para exigir compromisos permanentes por la paz", afirmó Sabanés. "Y los ayuntamientos deben escuchar las voces que apelan a otro entendimiento a escala mundial, que respete los principios del derecho internacional". La portavoz de IU y vecina de Vallecas, que propuso al pleno un "plan de actuación" para ayudar a los supervivientes del 11-M los próximos tres años, terminó su intervención leyendo unas palabras del padre Llanos, el sacerdote que más hizo por el barrio del Pozo del Tío Raimundo durante el franquismo.
"Una sociedad más justa"
Le sucedió en el turno de palabra Trinidad Jiménez: "Madrid ha conocido estos días lo peor y lo mejor del ser humano. Es más triste, pero más sabia. Más vulnerable y, a la vez, más fuerte", dijo, antes de proponer una manera de honrar a las víctimas: "Trabajar para que los compatriotas de Stefan, de Nicoleta, de Sam, de Neil Fernando, puedan encontrar entre nosotros esa vida mejor que ellos buscaban, construir una sociedad más justa, profundizar en todo lo que nos une...".
"He vivido los días más trascendentes y terribles de mi vida", continuó el popular Manuel Cobo. Recordó el horror del día 11, subrayó que sus "amigos" los concejales Pedro Calvo y Ana Botella vivieron "con toda la crudeza lo más duro de esta catástrofe" y terminó afirmando que, más allá de ideologías y religiones, "todos nos sentimos más que nunca madrileños".
Y cerró la sesión el alcalde, con palabras reiteradas de ánimo -"Madrid seguirá adelante"-, la esperanza de conocer "un mundo más razonable y humano" y un gigantesco agradecimiento: a los ciudadanos, a los servicios sanitarios y de emergencia, a la policía, a los forenses, a los donantes de sangre, a los taxistas que transportaron gratis a familiares de las víctimas y a los hoteles que les hospedaron, a la Iglesia católica y a las de otras confesiones, a quienes el día 12 volvieron a subir a un tren... Y "a esa mujer que fue fotografiada agachándose para consolar a un hombre que lloraba en el suelo". "Gracias, porque ella es Madrid".
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