Sombras sobre el atentado contra el presidente de Taiwan
La oposición pide una investigación sobre el confuso tiroteo que movilizó el voto
La crisis política que sacude Taiwan desde que el pasado sábado el presidente, Chen Shui Bian, fue reelegido por un margen mínimo frente a su oponente, Lien Chan, se enconó ayer aún más. El Gobierno amenazó a la oposición con llevarla ante los tribunales por difundir rumores, según dijo Lin Chia Lung, portavoz del Ejecutivo. La coalición panazul asegura que la victoria de Chen se produjo en circunstancias sospechosas y que las elecciones se vieron afectadas por diferentes irregularidades.
Los tribunales están estudiando si aceptan sendas demandas interpuestas para que se recuenten los votos y se anulen los comicios. Según el Partido Nacionalista o Kuomintang (KMT) y el Partido de la Gente Primero, la victoria de Chen es resultado del fraude y de la "manipulación política". Aseguran que el aparente intento de asesinato que sufrieron el presidente y la vicepresidenta, Annette Lu, la víspera de la votación permitió a Chen ganar de forma injusta. Lien perdió por menos de 30.000 votos, sobre un total de 13,2 millones. Las circunstancias del misterioso ataque permanecen sin aclarar, y, de momento, no se ha producido ninguna detención ni hay sospechosos.
El Gobierno replicó que para denunciar hacen falta pruebas y criticó con dureza los rumores que, a su juicio, está difundiendo la oposición. "Se ha dicho que 200.000 miembros de las fuerzas de seguridad [tradicionalmente partidarios del Kuomintang] no pudieron ir a votar porque fueron puestos en estado de alerta, pero ese día sólo había en total 13.000 personas en sus puestos para garantizar la seguridad, como en otras elecciones", dijo Lin. La crisis política desencadenada por las controvertidas elecciones hizo caer la Bolsa ayer un 6,7%.
Lien Chan ha pedido una investigación criminal y médica del misterioso ataque, y ha planteado dudas sobre el alto número de votos nulos registrados. "El mundo entero está preocupado sobre si Taiwan ha tenido unas elecciones justas", dijo James Soong, el candidato a la vicepresidencia derrotado, a los partidarios congregados ante la sede del palacio presidencial en Taipei. Ayer por la tarde, el número ascendió a unos 20.000, tras unirse la gente a la salida del trabajo y las escuelas. Docenas de tiendas de campaña han sido instaladas, con carteles que rezan: "No me voy a casa si no hay recuento".
El KMT ha exigido que se constituya un equipo, en el que participen expertos internacionales, para aclarar "el sospechoso tiroteo" en el que tanto Chen como Lu sufrieron sólo heridas leves. Como consecuencia del incidente, según reconocen parlamentarios del partido ganador, cientos de miles de electores optaron por simpatía por Chen, del Partido Democrático Progresivo (PDP), que fue reelegido por una diferencia de menos de 30.000 votos.
El Tribunal Supremo ha admitido a trámite las dos demandas interpuestas. Tres jueces han sido designados por ordenador para que decidan antes de seis meses si se anulan las elecciones y se celebran unas nuevas o se produce un recuento parcial o total. Si las demandas son desestimadas, la oposición puede apelar a un tribunal superior y de máxima instancia, que tendría otros seis meses para emitir un juicio. Este proceso legal es independiente de la inauguración del segundo mandato, que tendrá lugar el 20 de mayo.
Según algunos analistas políticos, la negativa de Lien a aceptar la derrota está ligada a su futuro político. Para él, aseguran, es ahora o nunca. Porque a sus 68 años, y tras haber perdido dos elecciones consecutivas, no podrá liderar en adelante el KMT y tendrá que retirarse. "La influencia de Lien y Soong va a disminuir. Se producirá un cambio generacional", dice Emile Sheng, profesor del departamento de Ciencia Política de la Universidad Soochow. "La coalición panazul tendrá que encontrar su vía ideológica. Antes defendían la unificación, pero cambiaron con vistas a las elecciones. No obstante, la gente percibe el independentismo como algo del PDP". Lien Chan solicitó ayer un encuentro con Chen Shui Bian para discutir las alegaciones de fraude "por el bien de la estabilidad, la democracia y una política limpia".
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