Solana viaja a Kosovo una semana después de los disturbios

La UE decidió ayer enviar a Javier Solana a Kosovo tras la ola de violencia étnica desatada en la provincia autónoma serbia la semana pasada. El Alto Representante viajará mañana a Pristina, pero antes se entrevistará hoy en Bruselas con el presidente de Serbia y Montenegro, Vojislav Kostunica. El secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, se encuentra también en la provincia después de que la KFOR, la fuerza multinacional de paz, fuera reforzada con 2.000 soldados británicos, norteamericanos, franceses e italianos.

"No pueden repetirse estos episodios porque comprometen seriamente las posibilidades de paz", dijo Brian Cowen, ministro de Exteriores irlandés, cuyo país preside este semestre la Unión. Los jefes de la diplomacia europea subrayaron ayer en Bruselas que la prioridad máxima es restaurar la calma y preservar la estabilidad regional. En una nota, la UE hace un llamamiento a "todos los dirigentes, y en especial a los de la comunidad albanesa, a asumir su responsabilidad y a asegurar que las amenazas y la violencia cesen mediante acciones y declaraciones".

Según Bruselas, los sangrientos sucesos de la semana pasada, que han causado la muerte de casi una treintena de personas y la destrucción de varias aldeas donde residía la minoría serbia, suponen un serio retroceso para la normalización de la provincia tras los bombardeos de la OTAN en 1999. La UE pide el procesamiento de los responsables de los disturbios, que pueden comprometer gravemente el futuro europeo de Kosovo.

Esta declaración es considerada por algunos medios diplomáticos como una demostración de impotencia. También hay críticas contra los mandos de la KFOR, desplegada desde junio de 1999 e integrada por 17.500 efectivos.

Kosovo es un protectorado de la ONU desde 1999. La incertidumbre sobre el futuro ha podido provocar los últimos incidentes. La UE reafirmó ayer su respaldo a la resolución 1.244 del Consejo de Seguridad de la ONU, según la cual la provincia continúa formando parte de la ex República Federal de Yugoslavia (actualmente convertida en Serbia y Montenegro). A mediados del año próximo está previsto que empiece a discutirse su estatuto final.