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CAMBIO POLÍTICO | La situación en el País Vasco

La firme condena de Batasuna a la matanza del 11-M pone a prueba su postura frente a ETA

Fuentes 'abertzales' sostienen que el 11-M extiende la convicción de que debe acabar la violencia

La masacre del 11-M en Madrid puso a prueba la capacidad de reacción de la izquierda abertzale, que condenó sin paliativos los atentados. Ahora se plantea la incógnita sobre las consecuencias que esta acción tendrá en su incierto futuro, y si será coherente con esta determinación. "Después de esta condena tan unánime nadie puede tragar un muerto más; a ETA se le ponen las cosas muy difíciles porque un muerto ahora obligaría a [Arnaldo] Otegi a condenarlo", es el sentimiento generalizado que se recoge en los medios nacionalistas. El portavoz de Batasuna no se ha pronunciado al respecto.

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Otegi tuvo que tomar la iniciativa de acudir a una emisora de radio para aclarar, desde primeras horas de la mañana del 11-M, cuando aún se desconocía la verdadera dimensión de la tragedia, que la ilegalizada Batasuna no contemplaba "ni como mera hipótesis" que ETA firmara una masacre indiscriminada contra "la población civil y trabajadora". Con su actitud, Otegi trataba de frenar el vértigo y la zozobra que, aseguran en medios abertzales, se apoderaron de la militancia independentista radical, incapaz de asumir semejante tragedia como algo propio de la organización terrorista vasca. Y lo hizo por convicción, dicen los citados medios, adelantándose a cualquier certeza, para dejar claro, incluso ante la propia ETA, que Batasuna nunca asumiría una acción de esas características.

Cuatro horas después de su primera condena, el portavoz abertzale, visiblemente nervioso, compareció ante la prensa con un discurso de "absoluto rechazo", aún más contundente. Otegi parecía transmitir de ese modo, no sólo un claro y nítido desmarque de la formación política radical respecto a la tragedia, en la línea de lo ya adelantado, sino su convicción de que tras ella no se encontraba ETA. Desde ese momento, la orquesta de voces y medios de que dispone Batasuna se puso en acción para negar que se tratara de un atentado de ETA.

"Barbaridad inadmisible"

"Barbaridad inadmisible" tituló el diario afín, Gara, su editorial; y precisaba más: "sea cual sea su autoría". La participación de Batasuna junto a las fuerzas políticas en las concentraciones de condena y del sindicato abertzale, LAB, dejaban claro que el rechazo y la condena iban más allá de las palabras y llegaban hasta la movilización de las bases radicales.

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La consideración de atentado como inasumible políticamente la explicaron también ex dirigentes históricos de la formación abertzale, entre ellos el ex portavoz de Herri Batasuna, Floren Aoiz, quien escribía: "Sea quien sea el responsable, nadie puede justificar la muerte de más de 180 personas que se dirigían al trabajo".

El hecho sin precedentes de que ETA tuviera que salir rápidamente a desmentir su responsabilidad en el atentado, con el riesgo para su seguridad, explicaría también, según medios abertzales, la necesidad que tenía de desmarcarse de una acción de características tan trágicas, y reflejaría incluso que la organización terrorista vasca también considera el atentado una "barbaridad".

Ante este cúmulo de esfuerzos desplegados desde los medios abertzales por destacar "la diferencia" entre los atentados de ETA -individuales y selectivos frente a la magnitud y la indiscriminación de los atentados de Madrid-, pese a sus consecuencias mortales, queda la interrogante de si el unánime rechazo de la sociedad española y europea hará reconsiderar a ETA la utilización de la violencia.

"Después de esta condena tan unánime nadie puede tragar un solo muerto más", es el sentimiento extendido entre los nacionalistas. "Hay cada vez más testimonios que auguran una reacción similar a la que ha habido, pero ante un solo muerto", afirman. "A ETA se le ponen las cosas muy difíciles si hace una sola acción porque la opinión pública está muy sensibilizada ante la violencia y la izquierda abertzale no puede ahora justificar, tras lo ocurrido, que un muerto en un atentado de ETA es consecuencia del conflicto vasco". Y añaden: "Un muerto ahora obligaría a Otegi a condenarlo". Esta interrogante planteada al portavoz independentista estos días en una comparecencia pública ha quedado, por cierto, sin respuesta.

Medios abertzales aseguraron a este periódico que entre los dirigentes radicales ya estaba interiorizada la idea de que el ciclo de la violencia ha culminado, pero la masacre de Atocha ha servido de acelerador para convertir este sentimiento en una convicción, que exige hacer algún movimiento y estar a la altura de las circunstancias.

La hora de la política ha llegado y en estos medios se recuerda que Eugenio Etxebeste, Antxon, en 1990, cuando era ideólogo de ETA confinado en la República Dominicana, advirtió a sus compañeros de forma premonitoria: "Que la derrota militar no nos conduzca a la derrota política".

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