Sanidad dice que un leve descenso de la contaminación del aire evitaría muertes

Un ligero descenso de la contaminación en el aire reduciría considerablemente la tasa de mortalidad en la capital, según un estudio de la Consejería de Sanidad. El informe explica también que esta disminución tendría consecuencias directas en el número de hospitalizaciones por dolencias cardiacas y respiratorias. La ONG Ecologistas en Acción critica que el Ayuntamiento no tenga ningún plan para mejorar la calidad del aire. Sin embargo, desde el Consistorio aseguran que se está elaborando un plan con este fin, que estará redactado a finales de este año.

Los niveles más altos de polución se registran en la plaza de Castilla y en Atocha

En el aire flotan unas pequeñas partículas contaminantes (PM10) perjudiciales para la salud. Tanto que si se lograse reducir la media anual de estos agentes en cinco microgramos por metro cúbico (mg/m3), se evitarían en Madrid 469 muertes al año. Así lo explica el Boletín Epidemiológico editado por la Consejería de Sanidad.

"Es una bajada muy modesta y posible", asegura Juan Bárcena, miembro de la ONG Ecologistas en Acción. En los últimos años, esta media está entre los 35 y los 40 microgramos por metro cúbico de aire. La mayoría de estas partículas procede de la contaminación causada por el tráfico rodado.

En Madrid circulan cada día más de dos millones de coches, "y medidas como la instalación de un carril-bus, del tipo que existe que la carretera de A Coruña (A-6), en todas la vías de acceso a la capital, disminuirían la polución considerablemente", según Ecologistas en Acción.

El Ayuntamiento no tiene ningún plan específico para mejorar la calidad del aire en la ciudad. "Al contrario, se sigue incentivando el uso del transporte privado con la nuevas [autopistas] radiales [R-2, R-3 y R-5], la M-50 y un desarrollo urbanístico que implica el uso del coche", se queja Bárcena.

Pero en el Consistorio se "han estado desarrollando una serie de medidas para mejorar el aire madrileño", asegura Ángel Sánchez, director gerente del área de sostenibilidad del Consistorio. Entre estas medidas señala el programa de sustitución de calderas de carbón por otras de gas natural, o la ampliación del servicio de metro. Sobre todo, Sánchez señala que se está elaborando ese plan de actuación que reclaman los ecologistas. Espera tenerlo redactado para finales de este año. "Después tendremos que reunirnos con todos los agentes sociales implicados antes de ponerlo en práctica", añade.

El estudio de la consejería ofrece además datos concretos de cuántas muertes y admisiones hospitalarias se evitarían con descensos puntuales de estos contaminantes los días en que están más altos. Se evitarían 33 muertes, 15 ingresos hospitalarios por enfermedades cardiovasculares y 23 por enfermedades respiratorias por cada una de las jornadas en que se lograse que los niveles de PM10 no superasen los 50 mg/m3. Durante el pasado mes de enero, estos niveles se superaron -de media en las 27 estaciones medidoras de calidad del aire en Madrid- cinco días. En febrero, fueron seis, y durante 2003 se superó este nivel 70 días.

La ley marca para 2004 un límite de 35 días al año en que se puede superan la cifra de 55 mg/m3. Este límite, según una directiva europea, irá bajando hasta 2010 para intentar lograr unos máximos de media anual de 20 mg/m3 de aire. Si este objetivo se cumpliese, la capital registraría 225 muertes, 103 admisiones hospitalarias por dolencias cardiovasculares y 153 por enfermedades respiratorias menos. Todo esto a corto plazo -una vez conseguido este objetivo-, pues a largo plazo se prevendrían más de 1.500 defunciones anuales.

Todos los datos del informe, publicado en octubre de 2002, están basados en cifras de la ciudad de Madrid de 1998. El informe tiene una fiabilidad del 95% y las cifras podrían estar "ligeramente sobrestimadas" debido a que las estaciones que se usaron para medición estaban especialmente expuestas al tráfico. También es cierto que en 1998 había 1.881.954 automóviles registrados en la capital, número que ya en 2001 era de casi dos millones.

La ley establece que, "para cada contaminante, hay que proteger a la población y a los ecosistemas de niveles altos, aunque sea durante periodos cortos, o de valores apreciablemente menores cuando se mantienen establemente en el tiempo", según la plataforma Ecologistas en Acción.

Madrid también anda a regañadientes con los efectos de la contaminación en la capa de ozono. El candidato de Izquierda Unida a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Fausto Fernández, preocupado por las altas concentraciones que se registraron el verano pasado, sugirió la posibilidad de implantar tipos impositivos a las empresas que emitiesen gases que incrementen el efecto invernadero y dañen la capa de ozono, con el objetivo de frenar las emisiones de CO2 en la región.

Fernández planteó como objetivo a largo plazo que "el 12% de la energía que se consuma en Madrid venga de las energías renovables".