Premiado un trabajo del hospital Peset sobre retinopatía en diabéticos

La Unidad de Investigación Oftalmológica Santiago Grisolía del Hospital Doctor Peset ha visto premiado su trabajo de años con la concesión del Premio Doctores Galo y Gustavo Leoz que concede la Sociedad Española de Oftalmología. El galardón reconoce los avances en la lucha contra las retinopatías, especialmente las que afectan a los enfermos diabéticos, con el objetivo de obtener un fármaco que detenga o impida la proliferación celular que da lugar a la aparición de esta patología.

Las retinopatías son, junto al glaucoma, la primera causa de ceguera en los países desarrollados. Especialmente sensibles a la enfermedad son los diabéticos tipo 1 (que afecta a un porcentaje de entre el 4% y el 8% de la población y que se presenta en la juventud), ya que suelen padecer retinopatía diabética hasta un 80% de estos pacientes, aunque también afecta a aquellos que sufren diabetes sobrevenido a lo largo de los años, el tipo 2, con años de evolución.

Con la vista puesta en evitar las lesiones oculares que produce la enfermedad, la Unidad de Investigación Oftalmológica Santiago Grisolía del Hospital Doctor Peset lleva trabajando años en un proyecto, uno de cuyos trabajos -el titulado Estudio sobre la replicación y trascripción del ADN en las células gliales del nervio óptico- recibió recientemente el Premio Doctores Galo y Gustavo Leoz de la Sociedad Española de Oftalmología. El objetivo último es obtener un fármaco que detenga o impida la proliferación celular que da lugar a la aparición de retinopatías. De momento, se están dando los primeros pasos para lograr que este fin sea posible algún día.

En las personas diabéticas, el exceso de azúcar en sangre afecta a la circulación en los ojos. La falta de riego -isquemia- provoca un fenómeno de neovascularización, es decir, la aparición de nuevas venas como reacción al bloqueo producido por el azúcar. De esta forma crece una fibra tejida por estos nuevos vasos que, como explica la investigadora María Dolores Pinazo, del equipo del hospital Peset, "son de mala calidad y sangran mucho", por lo que derivan en hemorragias recidivantes. Además la fibra nueva se adhiere a la retina y poco a poco la desprende, poniendo en peligro la salud ocular.

Ensayos con animales

En los diez años que el equipo del que forma parte la doctora Pinazo lleva investigando, ya se ha cubierto la etapa de encontrar un marcador, una proteína, que sirve para determinar la predisposición a padecer la retinopatía. Tras comenzar el trabajo en ensayos animales "siguiendo las normas internacionales del tratamiento", puntualiza Pinazo, se dio con un factor cuya presencia en las personas se relaciona con mayores posibilidades de desarrollar la enfermedad. Ahora se ha ido más lejos al determinar otro marcador que puede servir para saber si la enfermedad puede derivar en una complicación severa. "Se trata de ir más lejos, a nivel molecular", comenta. Este último paso es muy importante como señala Pinazo, ya que permitirá elaborar protocolos para los médicos de atención primaria y especializada que les servirá para identificar factores de riesgo entre los pacientes de forma más sencilla.

La unidad de investigación Oftalmológica Santiago Grisolía está formada por oftalmólogos, biólogos y farmacéuticos que trabajan en tres líneas: defectos congénitos del globo ocular, prevención de la ceguera por retinopatía diabética e hipertensiva y los efectos del consumo de alcohol, y drogas durante el embarazo en las malformaciones visuales de los niños. En el proyecto premiado, centrado en la retinopatía diabética, la unidad de investigación ha colaborado con el Instituto e Investigaciones Biomédicas del CSIC y la Universidad de Oxford.