"La sindicatura necesita más medios y espero que el Parlament lo entenderá"
Joan Colom (Barcelona, 1945) ha sido elegido por unanimidad síndico mayor y esta semana tomará posesión de su cargo. El nuevo responsable de la Sindicatura de Cuentas, la entidad que fiscaliza los presupuestos de las administraciones públicas catalanas, está convencido de que la institución recuperará su prestigio, muy dañado tras años de guerra civil entre los síndicos, pero pide más personal para conseguirlo.
Pregunta. Usted ha pasado de vicepresidente del Parlamento Europeo a síndico mayor. Con los antecedentes en la sindicatura, parece un castigo.
Respuesta. No lo creo. Es un ejercicio de responsabilidad que alguien con una larga experiencia en trabajos institucionales y en control presupuestario asuma la nueva etapa de la institución. Todos queremos olvidar cuanto antes los avatares que ha sufrido la sindicatura.
"Lo lógico es que yo herede el informe pendiente sobre los fondos de formación"
P. ¿Qué piensa hacer para que la institución recupere el prestigio?
R. Lo primero que hemos hecho ha sido elegir por unanimidad todos los cargos internos. Hay un compromiso de trabajo conjunto de todos los síndicos y algunos han sacrificado legítimas aspiraciones personales. Estoy convencido de que hay una base de funcionarios capacitados y si algo falta es la motivación. Ahora debemos demostrar que se ha acabado el enfrentamiento interno. Cuando empecemos a trabajar, los ciudadanos se darán cuenta de que la institución vuelve a funcionar.
P. ¿El consenso va a ser a partir de ahora la norma de funcionamiento?
R. Absolutamente. Es el espíritu que tendremos. Uno de los objetivos es que la filiación política de los síndicos sea un aspecto bastante irrelevante cuando llegue la hora de renovarlos.
P. Pero usted tiene carnet del Partit dels Socialistes (PSC).
R. Sí, por supuesto. Es compatible, no faltaría más. Lo importante es la lealtad a la institución. He renunciado a los cargos de dirección en el PSC y de representación de partido. Pero además en el Parlamento Europeo yo formaba parte de la mesa, que tiene una función institucional, de representación del conjunto de los diputados.
P. ¿Cómo garantizar entonces la independencia de los síndicos? ¿Hay que cambiar la ley?
R. Es difícil dar una receta única. La ley de la sindicatura necesita una reforma al margen de este debate. Quizá ampliar los mandatos sería bueno, pero no es sustancial. Lo que conviene es consolidar una práctica. Si trabajamos correctamente, afirmaremos nuestra autonomía e independencia. Los síndicos elegidos somos gente con cierta tozudez, que podemos tener una enorme independencia de los partidos.
P. ¿Tiene ya una primera radiografía de la casa? ¿Faltan medios?
R. Sí. No estamos en una situación de desastre; pero, evidentemente, faltan medios. El personal, en general, tiene un nivel suficiente y cualificado, pero la plantilla es insuficiente. Actualmente estamos en torno a 50 personas, más los siete síndicos. Creo que 70 es el número mínimo y a medio plazo deberíamos al menos doblar el personal. Para situarse: el presupuesto del Gobierno español es unas 10 veces mayor que el del catalán. Y el Tribunal de Cuentas tiene 700 funcionarios. Curiosamente, el pasado año sobró dinero [en la sindicatura] porque no se utilizó todo el presupuesto.
P. ¿Considera que el Gobierno de CiU mantenía deliberadamente la sindicatura al ralentí?
R. Prefiero no meterme en este tema. Ni lo considero oportuno ni lo conozco suficientemente. Pero debo decir que la sindicatura es un hijo del Parlament, que es el que debe velar para la correcta dotación de medios. El control del presupuesto es uno de los núcleos de la democracia representativa. Confío en que el Parlament lo entenderá y recibirá con buenos ojos nuestras demandas.
P. ¿Se ha reunido ya con su antecesor, Marià Nicolàs, y ha encontrado buena predisposición por su parte?
R. El señor Nicolàs se ofreció a recibirnos antes de la toma de posesión de los nuevos síndicos. Tuve una larga conversación con él y ha ofrecido su colaboración, al igual que Ferran Termes, su antecesor.
P. En 1998, el Parlament encargó un informe sobre los fondos de formación ocupacional. Cuando Nicolàs lo presentó al Parlament, en 2002, la Cámara lo rechazó y exigió que lo rehiciera, pero desde entonces nada se ha hecho. ¿Qué pasará con este polémico informe?
R. Las tareas aún no están distribuidas. Lo lógico es que si es un mandato del síndico mayor lo herede el entrante. Pero el criterio es revisable y quizá sería conveniente comprobar si la petición sigue vigente.
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