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La empresa municipal que financiará la M-30 tendrá un 20% de capital privado

La sociedad cobrará el 100% de los plazos sólo si la conservación de la vía es "perfecta"

La reforma de la M-30 prometida por el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, va a suponer que el Ayuntamiento se endeude hasta el año 2042 por valor de más de 4.000 millones de euros. Las obras empezarán el próximo septiembre y deben estar terminadas en 2007. A partir de ese año, y durante 35 más, el Consistorio tendrá que hacer frente al pago aplazado de ese dinero, que va a adelantar ahora una empresa mixta con un 80% de capital público y un 20% de capital privado.

El canon anual que pagará el Ayuntamiento cubrirá el coste de la obra (3.900 millones), el mantenimiento posterior de la vía -del que se hará cargo esa sociedad mixta- y una rentabilidad de en torno al 10%. El socio privado obtendrá así importantes beneficios.El alcalde y su concejal de Hacienda, Juan Bravo, comparecieron ayer para anunciar la constitución de la sociedad mercantil municipal Madrid Calle 30, SA, que tendrá un 20% de capital privado. Ésta será la empresa encargada de endeudarse durante más de tres décadas para financiar la multimillonaria obra de reforma de la M-30 que Ruiz-Gallardón prometió en campaña electoral, hace ahora un año. Los trabajos costarán unos 3.900 millones de euros -el presupuesto previsto sube con cada comparecencia del gobierno municipal- y serán adjudicados a distintas empresas constructoras este verano.

A ese dinero hay que sumar lo que costará después mantener la carretera en buenas condiciones y garantizar su seguridad. De ello se encargará también Madrid Calle 30, que tendrá la concesión de la vía, aunque su titularidad seguirá siendo municipal.

El Ayuntamiento no puede pagar todo eso con cargo al presupuesto de aquí a 2007, pero tampoco puede pedir a los bancos un préstamo tan gigantesco, porque incumpliría toda la normativa española y europea sobre el déficit público. Por eso, el concejal de Hacienda ha ideado una fórmula similar a la que hizo posible la ampliación del metro cuando Ruiz-Gallardón era presidente de la Comunidad: la que se endeuda es una empresa intermediaria -en este caso mixta, con capital público y privado- que es la que oficialmente contrae la deuda, financia las obras y después asume el mantenimiento.

Pero, en cualquier caso, es la ciudad de Madrid la que se endeuda: la empresa mixta, con el dinero de ese préstamo bancario, pagará a las constructoras, y a su vez el Ayuntamiento le reembolsará a ella el dinero, más intereses, abonando un canon anual durante 35 años.

El monto de ese canon será "propuesto" por el socio privado de Madrid Calle 30, pero podrá variar en función de una serie de parámetros: si la explotación y gestión de la vía por parte de esa empresa mixta es "perfecta", si la seguridad es total, el pavimento está siempre en condiciones, los túneles no se colapsan, etcétera, la sociedad mercantil cobrará el 100% del canon. Pero si un año el Ayuntamiento detecta problemas de mantenimiento en la M-30, ese año pagará un canon menor. Es decir, hipotéticamente la empresa se arriesga a financiar las obras y luego, si no cumple con la conservación de la vía, cobrar algo menos de lo que gastó.

¿Dónde está entonces el negocio para el socio privado? En que, si todo sale bien, tendrá beneficios: primero, porque una parte de los 3.900 millones que cuesta la obra saldrá de un préstamo que el privado hace a la propia sociedad mixta, y ahí ya cobrará intereses. Y, después, porque en el canon anual que pagará el Ayuntamiento durante 35 años está incluida también una rentabilidad (beneficio) aún por fijar, pero que en operaciones de este tipo suele rondar el 10%.

Bravo no explicó por qué no se ha recurrido a una empresa totalmente pública, lo que habría permitido reinvertir los intereses en las arcas municipales. Hacienda sugiere que la participación de un privado (que, además, corre con parte de los riesgos) hace el proyecto más viable a ojos de los organismos europeos de control del déficit.

Un "truco" financiero

"Es sólo un truco más de ingeniería financiera del alcalde, destinado a eludir el control de la deuda pública". El concejal de Urbanismo del PSOE, Félix Arias, rechazó ayer de plano la fórmula ideada por el gobierno municipal para financiar la reforma de la M-30 y recordó que "los madrileños aún no saben cuánto y cómo tendrán que pagar por esta obra". "La M-45, que también se paga a plazos, se presupuestó en 520 millones y al final va a costar el triple", afirmó Arias.

Inés Sabanés, portavoz de IU, subrayó que "por mucha ingeniería financiera que invente el alcalde, la única realidad es que esta obra se pagará a costa de los impuestos de los ciudadanos durante años sin que nos hayan explicado cómo va a repercutir en la situación económica del Ayuntamiento".

El capital social de la empresa mixta será de 375 millones (de ellos, 75 los pondrá el socio privado). La Junta municipal de Gobierno aprobó ayer pedir un préstamo para aportar los primeros 70 millones este año.

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