Massagué reclama más dinero para la ciencia y una mejor organización
"España tiene que formar parte del mundo" dice el científico en un acto en Madrid
España dispone de la capacidad y el talento necesarios para engancharse a la ciencia de élite internacional, pero carece de los recursos y de la organización precisos, en opinión de Joan Massagué, el investigador español con mayor proyección. Este científico piensa que meter más dinero en el sistema de ciencia y tecnología no basta para lograr un salto de calidad significativo. Hay que mejorar la organización mediante una estructura específica dedicada a gestionar los recursos, definir las prioridades y coordinar las instituciones con responsabilidad en I+D.
La demanda de Massagué, considerado uno de los científicos más influyentes del mundo en biomedicina, coincide plenamente con el planteamiento de amplios sectores de la comunidad científica española, que entiende que la única vía eficaz para abordar el déficit histórico del sistema de I+D, anclado en la cola de Europa, pasa por definir una "estructura única" que vele por los recursos necesarios y por su organización, con independencia de la "tonalidad cromática" del partido en el gobierno.
Esa estructura, señaló Massagué, debe constituirse en la gran plataforma de enganche con la ciencia de vanguardia y con la economía basada en el conocimiento, la única "capaz de garantizar" el bienestar social y económico del futuro. El científico español, que suscribe la propuesta de Pacto de Estado para la Ciencia planteada por los bioquímicos españoles en febrero, propone también un periodo de 100 días para evaluar la actuación del gobierno en esta materia.
"España tiene que formar parte del mundo", dijo ayer durante su participación en los actos del cuadragésimo aniversario de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (SEBBM), la entidad que lanzó recientemente la propuesta de Pacto de Estado. Para lograrlo, señaló, el Gobierno y los gestores científicos deben entender el "carácter global"de la ciencia de élite y asumir la necesidad de invertir en la excelencia científica, "algo que sólo se reconoce en cuanto se ve", como métodos para alcanzar el ritmo que imponen los países más avanzados.
Bien recibido en Europa
A juicio del investigador catalán, España pasa ahora mismo por un momento oportuno para encarar la transformación de su sistema científico y convertirlo en motor de riqueza y bienestar social, un aspecto que, puntualizó, "sería muy bien recibido en estos momentos en Europa". Sin citarlo, Massagué aludía a las posibilidades que se abren para un sistema todavía poco estructurado y para el que el Partido Socialista ha prometido un incremento anual del 25% para los próximos cuatro años. Organizar y gestionar adecuadamente esos presupuestos y dar con la estructura adecuada podrían suponer un hito "sin precedentes".
Massagué desgranó en su intervención el programa del PSOE en materia de ciencia y tecnología. La mayor parte de las propuestas lanzadas por la formación ganadora en las pasadas elecciones fueron acogidas favorablemente por el investigador afincado en Nueva York. Pero la supresión del Ministerio de Ciencia y Tecnología en favor de otro de Educación y Ciencia suscitó ciertos recelos ante el temor de que la prioridad se concentre en el área educativa.
En opinión de Massagué, de lo que se trata es de construir una "gran plataforma de enganche" con la red internacional de ciencia. Esa plataforma es la que debería decidir cuáles son las rampas de lanzamiento, las prioridades de inversión, el modelo organizativo y, sobre todo, la planificación de la ciencia que debería desarrollarse en España a medio y largo plazo. En primer lugar, señaló, debe dotarse la plataforma de mecanismos de evaluación profesionales e implementar estándares de calidad internacionales con el objetivo de reforzar una estructura "todavía muy frágil". Asimismo, la comunidad científica tiene que someterse a un "autoexamen" para identificar fortalezas y puntos débiles y encarar, de este modo, una planificación que vaya más allá de los cambios de gobierno.
El punto crítico, indicó, es cómo organizar los recursos económicos. Para Massagué, la única fórmula posible es poner en marcha una estructura específica, algo así como un mando único, desde el que gestionar los recursos, definir las prioridades y establecer mecanismos de coordinación con los diferentes ministerios con responsabilidad en actividades de I+D, en especial Ciencia y Tecnología y Sanidad y Consumo.
Para ilustrar la funcionalidad de esta estructura, que debería administrarse con "criterios profesionales y no políticos", el científico español echó mano de su principal línea de investigación en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, el estudio de las bases moleculares de la metástasis, la principal causa de muerte en enfermedades oncológicas.
La investigación en este área está considerada uno de los principales retos biomédicos. En la actualidad, y dada la complejidad de los procesos biológicos que provocan la diseminación de tumores en distintas partes del organismo, los investigadores se ven obligados a recurrir a un elevado número de tecnologías, disciplinas y plataformas para lograr avances significativos. Massagué enumeró algunos de ellos para entender no tanto "lo que sucede" sino el "cómo": técnicas de bioimagen, rayos X de alta resolución, genómica, transcriptómica, bioinformática, bioquímica, biología molecular y celular, expresión génica y biofísica, además de ensayos clínicos.
Investigaciones de este tipo, cada vez más frecuentes desde la llamada revolución genómica, pueden abordarse desde España, concluyó, pero sólo con una aproximación global que esté regida por "personas que entiendan de ciencia".
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