JUAN FRANCISCO PASTOR FÉREZ / "Pensamos que no cogía el teléfono por estar ayudando"
Juan Francisco Pastor Férez era un madrileño de 51 años que siempre tenía una sonrisa para todos. Su buen humor y sus bromas eran especialmente apreciados por sus compañeros en el Palacio de Congresos, donde trabajaba como técnico de telefonía. "Le sacaba punta a todo", dice uno de sus dos hijos. "Un día nos mostró entusiasmado una foto junto a Emilio Butragueño". En realidad se trataba de una silueta del famoso ex jugador del Real Madrid, equipo del que Juan era un gran seguidor. Su forma de ser lo hizo muy querido entre sus compañeros y jefes. "Ha llamado todo el mundo, hasta un jefe de un trabajo de antes de que estuviéramos casados", afirma su esposa. El próximo junio cumplían 30 años de casados.
Juan era un hombre tranquilo. Adoraba salir de pesca. Tanto en el pantano de Valmayor como en el de San Juan. "Simplemente cogía su caña, su mochila y se iba a pescar". También le encantaba jugar al mus con sus amigos del barrio de Palomeras, cercano a la estación de El Pozo. Los animales tenían un lugar especial para Juan, sobre todo sus perros. "Siempre nos hablaba de su perro Jeremías", recuerdan sus compañeros del tajo. "Llegaba de trabajar sobre las cuatro y lo primero que hacía era bajar a los perros". También se dejaba fascinar por los documentales de animales en la televisión.
El centro de su vida era su familia, y estaba encantado con su primera nieta, que el sábado pasado cumplió nueve meses. "Mi padre era muy generoso y para nada materialista. Tenía muy pocas cosas. Ahora llevo el reloj que él se olvidó ese día en casa". "Era tan solidario que nunca pensamos que había muerto; pensamos que no atendía el teléfono porque estaría ayudando a la gente".-
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