Muere un joven marroquí tras una pelea entre bandas juveniles en Rubí

Un ciudadano marroquí, de 24 años y vecino de Rubí (Vallès Occidental), murió ayer víctima de varias heridas de arma blanca en distintas partes del cuerpo. La policía recibió el aviso a las 1.45 horas, pero para cuando la patrulla llegó a la plaza de Pearson, de Rubí, el hombre yacía ya muerto junto a una parada de taxis. La hipótesis más probable, en opinión del concejal de seguridad ciudadana de Rubí, Jordi Peiró, es que detrás del asesinato "haya una pelea entre dos bandas, una formada por jóvenes de origen ecuatoriano y otro de magrebíes".

La noticia de la muerte del ciudadano marroquí se difundió rápidamente a lo largo de la mañana entre la comunidad magrebí de Rubí, y a las 15.30 de ayer, un centenar de ellos se concentraron ante las puertas de la estación de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya, en el barrio de Les Torres de Rubí, a unos 50 metros de donde horas antes había muerto el hombre marroquí. Los concentrados estaban dispuestos, agregó Peiró, "a tomarse la justicia por la mano".

Rubí tuvo que pedir ayuda a las poblaciones vecinas de Sabadell, Terrassa, Sant Cugat y Sant Quirze hasta concentrar unos 26 policías nacionales para poder disolver la concentración. A Rubí también acudieron tres dotaciones de los Mossos d'Esquadra especializados en violencia urbana. Se vivieron momentos "de mucha tensión, hubo destrozos en el mobiliario urbano y persecuciones porque cuando veían alguien con aspecto ecuatoriano se encaraban con él". Policías y jóvenes se enfrentaron, se lanzaron piedras, y al cabo de más de una hora se logró dispersar a los concentrados. El balance fue de dos policías heridos y 10 jóvenes detenidos, todos ellos de Rubí.

Peiró quiso desvincular esta pelea de cualquier relación con los atentados de Madrid. El concejal de Rubí explicó: "Desde noviembre ha habido varios enfrentamientos entre estos grupos de jóvenes, no es algo nuevo". Estos grupos tienen como zona de ocio esta zona de Rubí, y las peleas suelen ocurrir cuando cierran los bares, entre las dos y las tres de la madrugada los fines de semana.