EE UU incrementa las medidas de seguridad por temor a una nueva oleada de atentados
El secretario de Seguridad recuerda que Bin Laden ha amenazado en varios mensajes
Tom Ridge, secretario de Seguridad de EE UU, dijo ayer en Bangkok que "no hay información específica de la que se pueda extraer una conclusión" sobre la autoría de los atentados perpetrados en Madrid. "Desde el 11 de septiembre ha habido varios mensajes de Al Qaeda, con lo que puede tener sentido que lo ocurrido pudiera ser premonitorio, pero también depende de otras informaciones". Por eso, añadió, EE UU aumenta las medidas de seguridad.
Desde ayer, en efecto, se ha intensificado la vigilancia en trenes y metros en EE UU, aunque el nivel de alerta (amarillo, que equivale a elevado) no se ha modificado hasta ahora. "Sabemos que somos un objetivo prioritario", añadió Ridge.
Manteniendo la cautela y a la espera de las investigaciones, los expertos arrojan poca luz. Se habla más de Al Qaeda y sus organizaciones afines que de ETA, aunque sólo sea porque se conoce más al grupo de Bin Laden y porque tiene más sentido evocar una amenaza colectiva. Lo mismo hace, por conveniencia, el Gobierno, uno de cuyos ejes es la lucha contra el terrorismo internacional, más que contra grupos locales, aunque Bush volvió a alabar ayer "la firmeza española" contra ETA.
Una fuente de los servicios de información que pidió no ser identificada explica las razones de la incertidumbre: "Es difícil, pero no imposible, imaginar que es ETA. Luego, hay elementos propios de Al Qaeda, pero si fueron ellos van a a tardar en reconocerlo. Hay grupos que reivindican, pero su credibilidad es muy dudosa. Por eliminación, quizá se trate de una fuerza islamista con infraestructura pequeña y que introduce novedades, como es la ausencia de terroristas suicidas".
En caso de ser así, especula la misma fuente, "tendría sentido que hubiera más atentados, para demostrar que aunque no triunfan en Irak, no están derrotados, y para tratar de enfrentar a EE UU con sus aliados". Tanto esta fuente como otros expertos señalan que hay facciones de Al Qaeda difíciles de localizar y que Europa debería incrementar sus niveles de seguridad.
Abriendo aún más la perspectiva, Marco Vicenzino, del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos en Washington, habla de tres posibilidades: "Creo que no se puede descartar a ETA, pero, aunque tiene la capacidad operativa, no tiene interés político [en un atentado semejante], porque sería un suicidio. Está, luego, la posibilidad de un grupo escindido de ETA, igual que la facción del IRA que puso la bomba en Omagh; serían jóvenes radicales en una ETA muy descentralizada, chicos de 17 o 19 años sobre los que no tienen control sus superiores, ni información la policía española. Y tercero, Al Qaeda. Es su estilo. Han golpeado contra objetivos así en Marruecos, Turquía, Indonesia, con tácticas similares: máximo daño, máxima muerte. Pero ahora no hay suicidas, aunque quizá sea un cambio de táctica".
Vicenzino añade un cuarto supuesto, la colaboración entre jóvenes procedentes de ETA y grupos islamistas: "Entra dentro de lo posible que hayan sido algunos de estos jóvenes radicales, sin capacidad operativa y tan antiespañoles como antiestadounidenses, que quizá estuvieron en Irak antes de la guerra y que conocieron a militantes islamistas, y que crean que su única posibilidad de lanzar algo es incorporándose a algún grupo relacionado con Al Qaeda".
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