Asesinadas dos mujeres iraquíes contratadas por EE UU
Dos empleadas iraquíes de la Autoridad Provisional de la Coalición (CPA) fueron asesinadas el miércoles por la noche en Basora, según informó ayer un portavoz de ese organismo. "Es la primera vez que atacan a personal local de la delegación de la CPA en el sur de Irak", admitió Dominic D'Angelo, quien se mostró muy cauteloso sobre la posible relación entre el empleo de las víctimas y su asesinato. En los últimos meses, Basora ha sido escenario de crímenes en nombre de la religión por radicales chiíes.
Las hermanas Shaimaa y Likaa Falih trabajaban en la lavandería de la CPA de Basora contratadas por KBR (Kellog, Brown and Root), una filial de Halliburton. "Varios desconocidos interceptaron el coche que las devolvía a su casa hacia las siete y media de la tarde de ayer y les dispararon", anunció D'Angelo en la reunión semanal que mantiene con la prensa. El conductor del vehículo declaró que eran cuatro los asaltantes y que amenazaron con matarle si intervenía.
La noticia ha conmocionado a los empleados de la Coalición en Basora, ya que este tipo de incidentes son infrecuentes en el sur de Irak. "Hace un par de meses, fue asesinado un iraquí que trabajaba para RTI [una fundación estadounidense que desarrolla proyectos para la Coalición], pero es la primera vez que atacan a personal de la CPA en esta región", subrayó D'Angelo. "No sabemos si existe una conexión entre sus muertes y el hecho de que trabajaran para la CPA, o si es una mera coincidencia", señaló.
Islamistas
La familia de las víctimas responsabiliza a los islamistas de lo ocurrido, aunque no quiso hablar con los reporteros por temor a represalias. En los últimos meses, a la vez que la salida de la policía a las calles de Basora lograba reducir la criminalidad común, han aumentado los casos de violencia de inspiración religiosa. Las agresiones contra las tiendas y establecimientos que expendían alcohol han obligado a sus propietarios a cerrarlos, y muchas mujeres denuncian que son objeto de presiones para que se cubran la cabeza con el pañuelo islámico (hiyab).
También ha habido amenazas a empleados de la CPA, sobre todo cristianos. Sin embargo, la situación no alcanza ni de lejos el nivel de riesgo que sufren los iraquíes que trabajan para la Coalición en otras partes del país, donde se les acusa de colaboracionistas. En Bagdad y el llamado triángulo suní, muchos esconden su ocupación a vecinos, amigos y familiares. Varios intérpretes han sido asesinados. El pasado enero cinco empleadas cristianas de otra lavandería de la CPA murieron en un ataque en Ramadi, una de las localidades de ese triángulo imaginario, al oeste de Bagdad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.