El Gobierno argentino convoca a los acreedores privados para comenzar a negociar el pago de la deuda
El ultimátum del Fondo Monetario Internacional (FMI) para que Argentina inicie sin más dilaciones la negociación con los tenedores de títulos de deuda pública sobre los que suspendió pagos hace más de 26 meses ha dado resultado. El ministro de Economía, Roberto Lavagna, ha convocado ya a los 21 comités que representan a los acreedores privados para discutir la oferta definitiva de refinanciación desde el 24 de marzo y hasta el 16 de abril.
Este paso se produce después de que el martes pasado el Gobierno alcanzara un acuerdo con el FMI por el que Argentina aceptó pagar una deuda de 3.100 millones de dólares y evitar así la suspensión de pagos.
Ésta era la primera condición impuesta por el FMI para aprobar la segunda revisión de las metas trimestrales del programa de asistencia firmado el pasado septiembre. Argentina aceptó el nuevo compromiso y pagó esos 3.100 millones de dólares de un vencimiento. El FMI le reembolsará esos fondos tras la reunión del directorio del 22 de marzo.
La intensa presión que ejercieron sobre el Gobierno argentino los representantes del Fondo obligó al presidente Néstor Kirchner a anunciar también la firma inmediata del decreto que designa a los bancos Merrill Lynch, Barclays y UBS, contratados por seis meses, como agentes de colocación de los nuevos bonos de deuda entre los inversores de Alemania, Japón, Italia y EE UU. El BBVA-Francés, el de la Nación y el de Galicia se entenderán con las asociaciones de acreedores argentinos.
El FMI ha cuidado las formas al difundir en un comunicado su versión de la intensa discusión de los últimos días con los miembros del Ejecutivo argentino. El portavoz Thomas Dawson recogió declaraciones de la directora ejecutiva, Anne Kruger, en las que admite que "la economía argentina se está recuperando rápidamente y la implementación disciplinada de políticas monetarias y fiscales ha contribuido a fortalecer la confianza, reducir la inflación, bajar las tasas de interés y a dar nuevo impulso a la inversión". Para 2004 se espera un crecimiento del 5,5%.
La versión de Kirchner
La noche del miércoles pasado, el presidente Néstor Kirchner aprovechó un acto oficial en la Casa Rosada (sede del Gobierno) para improvisar también un relato con su versión de los hechos. Sin alzar la voz, pero en un tono levemente épico, entró en detalle sobre los "temas, tremendamente importantes, que cambiaban el espíritu de lo firmado en septiembre y que se discutieron hasta último momento". Ante un grupo de dirigentes sindicales, funcionarios y periodistas, dijo: "Nos tocó vivir una actitud de lobby, de fuerza y de presión por parte de grupos de acreedores".
El jefe del Estado aseguró también que el Fondo Monetario pretendía demorar la discusión con los bonistas hasta septiembre, cuando Argentina debe fijar el porcentaje de superávit fiscal que se compromete a destinar al pago de la deuda en 2005 y 2006. Pero el Gobierno argentino espera terminar de discutir este punto entre mayo y junio. "También desapareció esa cláusula", agregó Kirchner. El discurso del presidente fue recibido con aplausos sostenidos. Los sondeos de opinión indican que el 83% de los ciudadanos está de acuerdo con la forma en que Kirchner lleva la negociación de la deuda pública.
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