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Zimbabue acusa a EE UU, Reino Unido y España de promover un golpe en Guinea

Un supuesto líder mercenario asegura que iba a secuestrar a Obiang para llevarlo a Madrid

La mayor confusión reinaba ayer en torno al supuesto golpe de Estado frustrado el domingo en Guinea Ecuatorial. El ministro del Interior de Zimbabue declaró que los mercenarios detenidos el domingo en Harare iban a perpetrar un golpe en Malabo con el apoyo de los servicios secretos del Reino Unido, EE UU y España. Al mismo tiempo, el jefe de los detenidos en Malabo confirmó la tesis de una intentona organizada por el líder del autoproclamado Gobierno en el exilio, Severo Moto. El portavoz de éste afirmó, por su lado, que el mercenario era un instructor del Ejército guineano hasta hace poco.

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Los 67 supuestos mercenarios detenidos el domingo en Harare se dirigían hacia Malabo, donde les esperaba otro grupo para organizar un golpe contra el presidente Teodoro Obiang, según afirmó ayer Kembo Mohadi, ministro del Interior de Zimbabue. Uno de los detenidos, Simon Mann, ex miembro de las fuerzas especiales británicas, según Mohadi, reconoció los hechos y reveló que la CIA, el MI6 (los servicios secretos británicos) y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) español les habían apoyado.

Según Mann, el espionaje occidental había persuadido a los jefes de la policía y del Ejército de Guinea Ecuatorial de no oponer resistencia a cambio de puestos ministeriales en el nuevo Gobierno. A Mann, según la misma versión, le había contratado el pasado noviembre Severo Moto, jefe del llamado "Gobierno en el exilio", por unos 1,8 millones de dólares y la promesa de obtener derechos de explotación de los ricos yacimientos petrolíferos guineanos. El grupo detenido en Harare estaba aparentemente encabezado por Simon Witherspoon, "un conocido mercenario surafricano que ha operado en varios países de África, entre ellos Costa de Marfil", dijo el ministro. La banda estaba formada por 20 surafricanos, 18 namibios, 23 angoleños, 2 congoleños y 1 zimbabuense, añadió.

Mientras tanto, en Malabo, la televisión nacional transmitió la confesión del supuesto cabecilla de la avanzadilla. Nick Dutoit, un surafricano de 48 años que las autoridades guineanas presentan como un traficante de armas y diamantes, apareció en una mesa rodeado de los embajadores en Malabo, y afirmó que su objetivo era secuestrar al presidente Obiang y forzarle a exiliarse a España. Luego pretendían instalar en el poder a Severo Moto. Dutoit aseguró además que había sido contratado por estadounidenses y un libanés para reclutar a otros mercenarios.

Extradición de Moto

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Obiang reveló que el golpe había sido detenido gracias a la información facilitada por los Gobiernos de Suráfrica y Angola, según informó ayer la radio estatal. Obiang, amenazante, dijo: "Aquellos países involucrados que, sabiendo esta tentativa y que no han contribuido en nada, no tengo otra cosa que calificarlos de enemigos". También incluyo en sus acusaciones a "empresas multinacionales" cuyo nombre no reveló. La radio nacional informó además de que Guinea había pedido a España la extradición del presidente del Partido del Progreso, Severo Moto, exiliado en Madrid, al considerar que está detrás del intento de golpe.

Moto rechazó ayer, en declaraciones a Onda Cero, toda responsabilidad en los incidentes y aseguró que Teodoro Obiang es "un auténtico caníbal". "Tiene ganas de que yo vuelva a Guinea para comerse mis testículos", añadió. Según el portavoz del "Gobierno en el exilio", Nick Dutoit era hasta hace seis meses instructor del Ejército regular guineano y, aunque los detenidos eran efectivamente mercenarios, estaban a sueldo del propio Obiang.

Miembros de la oposición guineana, durante una rueda de prensa ofrecida ayer en Madrid. En el centro, Severo Moto.
Miembros de la oposición guineana, durante una rueda de prensa ofrecida ayer en Madrid. En el centro, Severo Moto.EFE

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