España protesta en Harare y pide a Guinea respeto a la extradición
El Ministerio español de Exteriores instruyó ayer al embajador en Harare, Francisco Javier Santodomingo, para que proteste ante el Gobierno de Zimbabue por las acusaciones de complicidad en el presunto golpe de Estado en Guinea que el ministro del Interior de ese país, Kembo Mohadi, difundió contra España. Por otra parte, el embajador de España en Malabo, Carlos Robles, recordó al Gobierno guineano que una petición de extradición tiene que ser decidida por un juez antes de que la presente el Ejecutivo y le recomendó que tramite su demanda legalmente.
Pero más allá de la dificultad que presenta la primera de esas gestiones, debido a que las autoridades zimbabueñas no suelen recibir a los embajadores europeos como protesta por las críticas de la UE a su presidente, Robert Mugabe, y de la improbabilidad manifiesta de que algún tribunal español conceda una extradicción a un país sin las más mínimas garantías jurídicas, como es el caso de Guinea Ecuatorial, el Gobierno sigue con "inquietud" estos acontecimientos que, pese a su inverosimilitud -"nadie puede pensar que iba a resultar esta chapuza si de verdad la CIA, el MI6 y el CNI estuvieran implicados", comenta una fuente diplomática-, amenazan con afectar negativamente a las relaciones entre Madrid y Malabo.
"Esperamos que las cosas se vean con tranquilidad en Guinea. No queremos ninguna solución de fuerza ni ningún intento de golpe de Estado, sino que los problemas se resuelvan por la vía democrática, con las elecciones previstas", afirma un portavoz de Exteriores, que niega tajantemente que algún buque de la Armada española haya tocado aguas guineanas.
Mientras la oposición acusa a Teodoro Obiang de fabricar un "autogolpe" para evitar las elecciones, Severo Moto, líder del PPGE, que pertenece a la Internacional de los Demócratas de Centro que preside José María Aznar, se ocupa en demostrar que nunca salió de Madrid para ponerse a la cabeza del supuesto golpe, aunque las autoridades guineanas informaron a España de lo contrario.
Si Guinea llegara a demostrar alguna implicación de Moto en los sucesos en curso, éste podría ver revisado su estatuto de refugiado.
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