Investigado un cura por supuestos abusos a dos niños en Madrid
El arzobispado recluyó en un convento al sacerdote cuando surgieron las denuncias
Un sacerdote está siendo investigado por un juez de Madrid como presunto autor de un delito de pederastia contra dos niños, de 10 y 12 años, respectivamente, según informó ayer la cadena SER. El arzobispado de Madrid, cuyo representante es el cardenal Antonio María Rouco Varela, admitió ayer que el cura, tras surgir las denuncias, "fue apartado de su labor" en la parroquia de la capital en la que estaba destinado y quedó recluido en un convento. Según la Iglesia, el sacerdote está jubilado en la actualidad.
Mediante un escueto comunicado, el arzobispado explicó que "los presuntos hechos no se produjeron en el ejercicio del ministerio sacerdotal, sino en el ámbito de la relación del sacerdote con una determinada familia", y que el arzobispado, desde que tuvo noticia de los hechos, "adoptó las medidas cautelares oportunas respecto al sacerdote". Añadió que "ha prestado colaboración y ayuda de todo tipo a la familia y a los menores para el esclarecimiento de los hechos" y dejado "a los padres que actúen libremente".
La SER adelantó ayer que los hechos fueron denunciados por los catequistas de una parroquia de Madrid, que acusan al sacerdote "de tocamientos, masturbaciones e incluso penetraciones a dos niños que tenían entonces diez y doce años". "Los catequistas denunciaron el caso al cardenal arzobispo de Madrid, quien, según ellos, ha tratado de tapar el escándalo", añade la cadena radiofónica. Según la cadena de radio, "el titular del Juzgado de Instrucción número 21 de Madrid ha tomado declaración en las últimas semanas al presunto pederasta, el sacerdote Rafael Sanz". También han comparecido los niños que presuntamente sufrieron los abusos sexuales, sus padres y los psicólogos que se han ocupado del tratamiento de los menores desde que ocurrieron los hechos, "entre 1998 y 2000". La emisora afirmó que "los presuntos abusos fueron cometidos en el domicilio de las víctimas y en la propia sede de la vicaría. El presunto pederasta era entonces secretario del vicario. El caso fue denunciado ante la Fiscalía de Menores por catequistas de la parroquia; entre ellos, Carlos Sánchez Mato, quien dio el paso al comprobar, según su versión, que la Iglesia no estaba dispuesta a denunciar los hechos". "Meses antes de presentar la denuncia, los catequistas enviaron cartas al arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela; al obispo auxiliar; al vicario, y al sacerdote responsable de la parroquia", según los catequistas denunciantes. En ellas, éstos les "expresaron su indignación por la actitud de la jerarquía de tapar y callar el escándalo". Para los catequistas, "Rouco Varela mantuvo una reunión con los padres de los menores" y, tras ella, decidió "trasladar al acusado de la parroquia y posteriormente recluirlo en un monasterio para evitar el contacto con las víctimas".
El presunto pederasta llegó a la parroquia en 1996. "Formó un grupo de monaguillos del que excluyó a las niñas y se ganó la confianza de los menores con regalos". El abogado del cura, Eduardo Molina, afirmó que, de momento, los únicos que acusan son unos catequistas y que éstos no son parte en el proceso judicial.
"La Iglesia ha encubierto el caso", afirma un catequista
Carlos Sánchez Mato, uno de los catequistas que han denunciado el supuesto delito de pederastia cometido por un sacerdote de Madrid, ha declarado que presentó la denuncia tras largos meses de silencio de la jerarquía eclesiástica. Sánchez critica la actitud de "encubrimiento" y la "pasividad a la hora de investigar" por parte de la jerarquía eclesiástica.
Sánchez forma parte de un grupo de catequistas, Iglesia sin abusos, que se propuso, hace aproximadamente un año, "lograr que se pongan los medios necesarios para cambiar de forma radical la forma en la que la Iglesia aborda los abusos sexuales a menores cometidos por sacerdotes". El grupo, que cuenta con una página web en Internet, Iglesiasinabusos.com, se define como "un grupo de laicos que pertenecen a la Vicaría VI de Madrid. Sánchez Mato, en declaraciones a Efe, precisó que en su denuncia habla "de abusos, de una amplia gama, tocamientos y violaciones". "Pero yo no he sido testigo presencial de los hechos. Tenemos conocimiento del caso", dice, "por lo que trasladaron los menores a sus familias, y las familias, a nosotros".
Explica que lo que se detectó antes de conocerse los hechos denunciados "fueron conductas que, a la luz de lo que sabemos ahora, serían consideradas claramente como extrañas: por ejemplo, se formó un grupo de monaguillos y de él se excluyó a las chicas". Sánchez precisa que antes de poner el caso en conocimiento del fiscal se dirigió primeramente a los superiores de este sacerdote. "Lo que hemos recibido a partir de entonces ha sido silencio, en una actitud clara de encubrimiento, y por supuesto, ningún tipo de explicación", dice. Sánchez agrega que "la protección de los menores requiere una investigación, pero lo que sí me gustaría, como padre que soy, es que, si se han producido abusos sexuales en el colegio de mis hijas, se me informara de lo ocurrido".
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