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Reportaje:

A tiros contra el Ayuntamiento

Sabotajes y disturbios alteran la convivencia en Olazti-Olazagutía tras perder Batasuna el poder municipal

La alcaldesa de Olazti-Olazagutía, localidad de 1.711 habitantes del valle navarro de Sakana, no es una mujer que se asuste con facilidad. Sin embargo, asegura ser consciente de que afronta un peligro real. "Me pueden hacer algo", ha reiterado estos días. Blanca Arza, alcaldesa por la Candidatura Independiente Olazti (CIO), convive desde hace semanas con la amenaza constante y, lo que es peor, con la violencia en forma de disparos de arma de fuego que han dañado algunas posesiones de su familia y bienes públicos. La convivencia se degenera a pasos agigantados en la localidad.

Hace dos fines de semana un intencionado disparo de escopeta destrozó el cuadro general de luz del edificio del nuevo Ayuntamiento y lo dejaron sin teléfono, energía eléctrica y calefacción. "Queremos trabajar por este pueblo y aquí hay muchas cosas sucias que iremos descubriendo poco a poco", señala la alcaldesa. Pero algunos parecen estar dispuestos a todo para impedirlo.

"Hay muchas cosas sucias que iremos descubriendo", dice la alcaldesa

Batasuna gobernaba la localidad con mayorías absolutas, pero su ilegalización llevó a los independientes de Olazti a la alcaldía. Los vecinos eligieron a siete concejales de COI y a dos del PSN-PSOE, en unos comicios en los que las papeletas más introducidas en las urnas fueron las de la candidatura anulada vinculada a Batasuna.

Desde esa fecha la convivencia vecinal se ha degradado extraordinariamente. Los plenos deben ser custodiados por efectivos de la Policía Foral y el último de ellos, celebrado el 30 de enero, derivó en disturbios fuera y dentro del Ayuntamiento. El enfrentamiento acabó con cargas policiales, un agente herido, intentos de agresión a los concejales, varios manifestantes contusionados y dos vecinos de la localidad detenidos y condenados a pagar sanciones de 240 y 360 euros por intentar agredir a un edil del PSN y golpear a un policía foral.

CIO y PSN-PSOE atribuyen la responsabilidad de los acontecimientos a personas afines a la ilegalizada Batasuna, que aquel día se manifestó con pancartas insultantes en la calle, en las que llamaban fascistas a ambos grupos. La izquierda independentista exige una presencia en la vida municipal que las leyes no permiten y acusan al nuevo consistorio de gobernar a espaldas de las reivindicaciones vecinales y sin diálogo.

La alcaldesa ha visto cómo desconocidos rajaban las ruedas de su coche y las de los vehículos de sus hijos. Además de las pintadas amenazantes que pueblan los muros de la localidad, la tensión ha crecido con la aparición las armas de fuego. Disparos de escopeta destrozaron los postes del sistema eléctrico de protección que la familia de Arza dispuso en una finca de su propiedad donde se guardan caballos de uno de sus hijos. En la madrugada del 22 de febrero, otro disparo de escopeta destrozó la caja que regula el suministro de energía al edificio del Ayuntamiento, en plena calle Mayor del pueblo. Eran carnavales. La Policía Foral investiga la agresión, que paralizó la actividad municipal durante toda una jornada.

"Heredamos un Ayuntamiento plagado de irregularidades, con más de 60 actos administrativos anulados y muchas cosas sucias que van saliendo", ha afirmado la alcaldesa. "Es evidente que algunos quieren torpedearnos y retrasar en lo posible nuestro trabajo, pero no lo conseguirán". Arza ha anunciado que la Policía Foral custodiará el Ayuntamiento cuando se convoque el próximo pleno. Y pone algunos ejemplos. "La nueva Casa de Cultura se presupuestó en 68 millones de pesetas y ha costado más de cien. Los certificados de obra no cuadran y la anterior corporación no nos facilita datos que no aparecen", explica. La concejal socialista Mari Carmen López, protegida por guardaespaldas, ha expresado la solidaridad del PSN-PSOE con el grupo independiente, junto al que trabaja en el consistorio. Su esposo, Carlos Vesga, independiente en las listas locales del PSN, sufrió un grave intento de linchamiento en el último pleno municipal a manos de varios vecinos. "Ciertas personas deben saber que ya no controlan el Ayuntamiento", afirma Arza.

La situación ha llevado a 143 vecinos a constituir una entidad, denominada Olazti Auzolan, que se ha ofrecido al equipo de Gobierno para sustituir a la policía y controlar el orden en el interior del Ayuntamiento y en los alrededores durante la celebración de los plenos. Afirman que son neutrales respecto a CIO y PSN, por un lado, y los simpatizantes de la candidatura Herria Aurrera, por otro. La alcaldesa no ha respondido aún a la petición vecinal.

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