Zapatero pide el voto masivo para abrir una etapa en la que reine la concordia política

Pasado el ecuador de la campaña, el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, quiere transmitir a los ciudadanos una idea ilusionante, "nueva y fresca" de lo que será el Gobierno de España si él lo preside. Se compromete a que cese la crispación y reine la concordia en la vida política y el diálogo y la cooperación presidan las relaciones entre el Gobierno central y las comunidades autónomas, sean del color que sean. Este dibujo amable pintó ayer Zapatero en Canarias, donde anunció que se propone además "mejorar la convivencia pública deteriorada por el PP".

Los estrategas del PSOE, encabezados por el propio Zapatero, han decidido que desde hoy y hasta el viernes cuando se cierre la campaña electoral, los socialistas tienen que mostrar alegría, entusiasmo y optimismo. Nada de agresividad ni de insultos. Lo primero se cumple con la ayuda y colaboración de los simpatizantes y militantes del PSOE, que van a sus actos. Ayer volvieron a demostrarlo los canarios en los mítines que el líder socialista protagonizó en Las Palmas por la mañana y en Santa Cruz de Tenerife por la noche, donde reinó el ambiente festivo. Eso sí, los teloneros no ahorran fortísimas descalificaciones al adversario y tampoco son de tono menor las críticas de Zapatero, aunque las pronuncie con una sonrisa y asegure que Mariano Rajoy tendrá todo su respeto como líder de la oposición.

Pero ayer en Canarias lo que tocó fue la llamada al voto a todos los ciudadanos para escribir "una nueva página en la historia de España, fresca y limpia". "Quiero abrir una nueva etapa de concordia en la vida política, en la España plural, de colaboración, de cooperación, con todos los presidentes autonómicos para construir un modelo de convivencia para España, entre todos".

Zapatero concatenó varios ejemplos de lo que él entiende por esa etapa de concordia y de diálogo. Si él es presidente no se discutirá de terrorismo porque es un tema de Estado que debe quedar ajeno a la batalla electoral y política. Sin aspavientos se relacionará con todos los Gobiernos, incluidos los nacionalistas. En este punto estableció un hilo conductor entre las acusaciones que el PP le hace por sus relaciones con ERC y los apoyos que José María Aznar tuvo de CiU y del PNV para llegar al Gobierno. "¡Qué sería de Mariano Rajoy si no existiera Carod Rovira!", clamó para regocijo de los simpatizantes y militantes grancanarios. Y, metido en harina de pactos y coaliciones, vino la retahíla habitual de supuestos socios del PP y de Mariano Rajoy, aunque con algún añadido nuevo. Repitió que Rajoy y el PP han pactado con los especuladores del suelo y con Bush pero también "con los sectores más reaccionarios de la Conferencia Episcopal para imponer su moral en el sistema educativo".

La influencia de las televisiones se antoja determinante para los líderes políticos y Zapatero se aplica a utilizar ese instrumento cada día. Ayer mismo en Canarias aprovechó las conexiones en directo de Antena 3 y de TVE para incluir el mensaje central del día. Primero, su llamada al voto masivo "para el cambio", en aras del avance social de la mayoría. En la televisión pública pidió "como cada día" un debate cara a cara con Rajoy. "Quiero contrastar personalmente con Rajoy mis propuestas sobre precariedad laboral, sobre sanidad, educación, justicia, vivienda...".

El remate a la petición de este debate siempre es el de la exhibición que hace Zapatero de no tener miedo a mirar "cara a cara" a su adversario.

El líder socialista también pidió ayer el apoyo de "todos los progresistas", e hizo guiños continuos a otros sectores que sientan que han sido "engañados" por el Gobierno.

"El PP ha utilizado la mayoría que obtuvo en las pasadas elecciones como si hubiera tenido un cheque en blanco y no ha dado cuentas a nadie de lo que ha hecho". Gran éxito tienen siempre, y ayer no fue una excepción en Canarias, las referencias a las "mentiras" sobre la guerra de Irak. Repitió que "el 30 de junio las tropas españolas volverán de Irak". Este anuncio de Zapatero, dicho en otras ocasiones, tuvo ayer en Las Palmas de Gran Canaria la novedad de que no mencionó que eso sería así siempre y cuando Naciones Unidas no tomara las riendas de la situación en Irak, tal y como había dicho hasta ahora.

Por la noche, en Santa Cruz de Tenerife, se colocó en el papel de presidente y auguró que "Urdaci tendrá que anunciar la victoria del PSOE en el Telediario". El pabellón se vino abajo de aplausos. Pero Zapatero en su estilo del cambio tranquilo avisó a los suyos de que él desde La Moncloa no mirará hacia atrás. "Yo no levantaré ninguna alfombra como lo intentó hacer el PP en 1996". Se refería a la acusación del PP de que el Gobierno del PSOE había hecho una amnistía fiscal de 200.000 millones para "sus amigos". Esa acusación dolió singularmente a los anteriores gobernantes que nunca lo perdonaron.