Limitan la difusión de un filme crítico con la política israelí

Route 181, que figuraba seleccionado para ser presentado dentro del festival parisiense de Cinéma du Réel (con vocación de documento), sólo podrá proyectarse una vez debido al temor a "problemas de orden público". Los organizadores del certamen han tenido que renunciar al segundo pase previsto debido a que la película del israelí Eyal Sivan y el palestino Michel Khleifi llega precedida de un rumor que la acusa de antisemitismo porque se atreve a cuestionar las fronteras actuales del Estado de Israel y, sobre todo, porque remite a la resolución 181 de la ONU de 1947, que preveía la división de Palestina en dos Estados, uno judío y el otro árabe.

Sivan y Khleifi han seguido la frontera inventada por la ONU y han entrevistado a la gente que encontraban, organizando un retrato en forma de puzzle de la zona. El filme de cuatro horas y media recuerda, pues, algo intolerable: que todo Estado está fundado en un crimen original. El drama de Israel es que esa falta, a la que también fue empujado por la intolerancia árabe, es demasiado reciente como para que ya no queden testimonios de ella y pueda narrarse en clave mítica.

Los dos cineastas han recibido amenazas y críticas, pero las más acerbas son las destinadas a Sivan porque se le presenta como un "traidor" a la causa. Sivan es favorable a un Estado israelí laico y mixto lo que, en palabras del filósofo Alain Finkielkraut, supone "un atentado contra todas las verdades actuales, una suerte de manifiesto a favor del asesinato".

En cualquier caso quien ha recibido auténticas amenazas de asesinato es Sivan, al que han enviado a su domicilio parisiense cartas conteniendo balas y con el mensaje escrito de "la próxima no te llegará a través de correos".

La radicalización del enfrentamiento en Oriente ha repercutido en Francia, que cuenta con las comunidades judía y árabe más importantes de entre todos los países europeos. Los recientes atentados contra sinagogas o colegios de inspiración judía, así como la ley prohibiendo el portar símbolos religiosos en los centros públicos se han convertido en materia de debate y, al mismo tiempo, en arma arrojadiza por parte de los extremistas religiosos de uno y otro lado. Las voces moderadas penan por hacerse oír, y personas de juicio tradicionalmente equilibrado optan por tomar partido.

El caso reciente del humorista Dieudonné, que ha visto cómo su espectáculo era prohibido ante la imposibilidad de garantizar la seguridad de los asistentes, ha reforzado el sentimiento de que la justicia no mide con el mismo rasero las declaraciones supuestamente antisemitas que las presuntamente antiárabes o en contra de los ciudadanos de color.

La proyección de Ruta 181, que fue programada por el canal ARTE el pasado 24 de noviembre, queda marcada por la interiorización por parte de la sociedad francesa de un conflicto extraterritorial.