El paraíso provocador del arte británico
Damien Hirst, Sarah Lucas y Angus Fairhurst colaboran en una muestra de la Tate Britain
Damien Hirst vuelve a la carga. Retoma el juego provocador que dicta su trayectoria artística en un proyecto para la Tate Britain de Londres con el que ha revitalizado los lazos entre los miembros del colectivo brit-art de los noventa, también conocido como young british artists. Tres de sus exponentes -el propio Hirst, Sarah Lucas y Angus Fairhurst- ofrecen una patética visión colectiva del paraíso terrenal en la exposición In-A-Gadda-da-Vida, que ayer abrió sus puertas al público en la sede original de la institución estatal, en la orilla norte del Támesis.
La muestra toma prestado el título de la famosa canción de 1968 de la banda de rock psicodélico Iron Butterfly. Su autor, Doug Ingle, había compuesto un himno al Jardín del Edén, pero el alcohol y otras sustancias que acababa de ingerir le hicieron arrastrar las palabras hasta un incomprensible In-A-Gadda-da-Vida. Hirst, Lucas y Fairhurst construyen su propio paraíso con instalaciones y obras de arte de reciente creación, muchas de las cuales exhiben por primera vez en la Tate.
Los tres artistas comparten una visión desoladora del universo terrenal, dominado por el consumo de masas, los abusos publicitarios, la manipulación de los medios de comunicación, los avances genéticos, los desechos domésticos... Reinterpretan personajes bíblicos: Eva, en la figura silueteada de la modelo Sophie Dahl, cortesía de Fairhurst, o Adan y Eva encerrados en los tanques, que Hirts ha convertido en su seña de identidad. Y, por supuesto, provocan reacciones dispares en el visitante. Con edades en torno a los 40 años, el trío de creadores sigue fiel al concepto de provocación que definió el brit-art en su más famosa y escandalosa manifestación, la exposición Sensation, que viajó de Londres a Nueva York a mediados de los noventa.
Han sido los propios artistas quienes hicieron la propuesta y ellos tres han diseñado su primer trabajo conjunto para la Tate. Incluso han empapelado las paredes con rollos de mariposas, en el caso de Hirst, de un bosque fantástico a cargo de Fairhurst y de panfletos publicitarios acumulados por Lucas. En su conjunto, el efecto es divertido. La exposición arranca sonrisas del espectador.
Los tres artistas se conocieron en 1986 en el Goldsmiths College, cantera londinense de las últimas generaciones de artistas británicos, y en esta muestra hacen distintos homenajes. El título del Jesucristo hecho con cigarrillos, de Lucas, Chris you know it ain't easy, alude a la letra de La balada de John y Yoko, de los Beatles; el plátano pintado de negro de Fairhurst es, quizá, la versión contemporánea del famoso diseño de Andy Warhol para la Velvet Underground. Hirst, en homenaje a Francis Bacon, cuelga el esqueleto de una vaca, tiras de salchichas y cuchillos de carnicero entre los pececillos que nadan en el tanque The pursuit of oblivion. Su obra The hat makes the man la finalizópoco antes de la apertura y es una ofrenda al arte dadaísta de Max Ernst. La exposición permanecerá abierta en Londres hasta el próximo 31 de mayo.
Babelia
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