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Reportaje:

Los conejos crecen al cobijo de la R-3

La prohibición de cazar a menos de 250 metros de la carretera ha provocado la proliferación de estos animales en la zona

J. A. Aunión

Asfalto y naturaleza nunca se han llevado bien. Pero los conejos que habitan los campos de Arganda del Rey han encontrado, junto a la nueva autopista de peaje R-3, el cobijo perfecto para sus madrigueras, donde los cazadores no pueden llegar, puesto que está prohibido disparar a menos de de 250 metros de la carretera.

En su hogar seguro, estos animales se han multiplicado hasta llegar a constituir una plaga de 5.000 ejemplares que han asolado durante los últimos tres años los cultivos que se encuentran en su hábitat, según los agricultores de la localidad. La producción de cereal ha mermado por esta causa en algunas fincas hasta un 80% y la de olivas, el 70%. El Ayuntamiento asegura que de 1.200 hectáreas de cepa de uva existentes en 1998, hoy quedan sólo 700 en esta localidad de 34.000 habitantes. Culpa, en buena parte, a los gazapos de esta reducción.

Los agricultores de Arganda del Rey se quejan de que la plaga acarrea graves daños en sus campos

Los taludes de tierra blanda resultantes de la construcción de la radial de peaje también han ayudado a los conejos a encontrar la ubicación perfecta para sus hogares. Las piedras extraídas durante los trabajos iban depositándose en los laterales de la vía, luego eran cubiertas con arena, creándose así los taludes "que facilitan la construcción de laberínticas conejeras", según el alcalde de Arganda, Ginés López (PP). Precisamente el Consistorio ha conseguido que los responsables de la autopista (Accesos a Madrid) coloquen un nuevo vallado de delimitación de la carretera, ya que el anterior era poco denso y dejaba huecos de siete por diez centímetros.

Por eso, a los animales no les resultaba difícil traspasar la valla y alimentarse en los campos colindantes, donde se encuentra alrededor del 80% de la superficie cultivada del municipio. "Por esa valla se colaban hasta los elefantes", asegura Gregorio Berbané, presidente de la Asociación de Agricultores de Arganda del Rey.

La línea de protección se está reforzando, según los responsables de la vía, con una malla gallinera, es decir, una red metálica de tan sólo tres por tres centímetros de hueco. Se han colocado ya 16 kilómetros de cerramiento de la vía entre entre el término municipal de Loeches y el enlace con la autopista A-3 (carretera de Valencia).

La malla es de triple torsión y está galvanizada -recubierta con una capa de cinc para que no se oxide-. La valla ha de hundirse en la tierra, además, unos 30 centímetros para evitar totalmente el paso de animales. "Esta parte se pudrirá en dos o tres años y habrá que cambiarla", admite Bernabé.

"Los conejos se suben a las viñas y se comen las yemas dónde salen los brotes", se queja Bernabé. "Hemos tenido que dar de baja 6.000 cepas". Estas vides suelen durar, asegura, entre 50 y 60 años, y cada una produce, como mínimo, entre tres y seis kilos de uva. "Arráncala, haz otro agujero, planta la nueva... Hemos sufrido unos gastos enormes y unos daños exagerados".

Los cazadores del pueblo son los que, hasta el momento, han corrido con los gastos. "Hemos pagado a los agricultores entre 18.000 y 30.000 euros al año", afirma José Luis Cabáñez, presidente de la Sociedad de Cazadores de Arganda del Rey. Ellos tienen permiso para cazar en los campos de cultivo del municipio a cambio de correr con este tipo de gastos.

De todas formas, los problemas no son nuevos. Hace ocho años, la sociedad de cazadores empezó a sufragar las vallas gallineras con las que los agricultores cercaban sus terrenos. Pero el problema "gordo", como lo califica el presidente de los agricultores de la localidad, comenzó hace tres años, coincidiendo con la construcción de la R-3.

Hace una semana consiguieron un permiso especial de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid para capturar a los animales que se esconden ahora en las madrigueras de las lindes de la autopista. "En diez días habremos terminado", asegura Cabáñez.

La carretera de Valencia (A-3) también había causado problemas semejantes, es decir, los conejos también se habían refugiado en sus lindes. Pero la propia R-3 les corta ahora el paso hacía la gran zona de cultivos del Arganda. "El área a la que afectan estos animales [los de la A-3] es muy pequeña", afirma el alcalde, Ginés López. De cualquier manera, los cazadores también están capturando los conejos que se concentran alrededor de la carretera de Valencia.

'Bicheando' madrigueras

"Captura con vida, vacunado y traslado de los conejos". La Comunidad de Madrid ha concedido a los cazadores de Arganda del Rey este permiso para deshacerse de los animales que anidan en los lindes de la autopista de peaje R-3 y que tantos perjuicios han causado a los agricultores locales.

El método que utilizan se llama bicheo. Consiste en meter un hurón en las madrigueras para obligar a los conejos a que salgan de sus escondrijos. Cuando salen a campo abierto, se les atrapa con la ayuda de unas redes. En jaulas, se les transporta al veterinario para que éste les desinfecte y después vacune.

Los 50 animales capturados hasta el momento -hembras preñadas en su mayoría- son más tarde trasladados a otras zonas de la localidad "donde no puedan causar daños en los cultivos", señala el presidente de la Sociedad de Cazadores del municipio, José Luis Cabáñez. Estas zonas son los pinares cercanos a la población. Calculan que atraparán alrededor de 150 conejos, "ya que en este tiempo los que permanecen en las madrigueras son las hembras en estado de gestación", explica Cabánez.

Además, en el área que linda la A-3 (carretera de Valencia), donde también están bicheando, esperaban encontrar muchos más. "Se nos han adelantado los furtivos", asegura Cabáñez.

De hecho, las cuadrillas que han trabajado en esa zona han encontrado vallas cortadas y muchas madrigueras sin sus moradores. "Vienen por la noche y se llevan los conejos", añade. "Para nosotros es menos trabajo, pero los agujeros en el vallado pueden causar accidentes si se cuelan, por ejemplo, perros asilvestrados", comenta.

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Sobre la firma

J. A. Aunión
Reportero de El País Semanal. Especializado en información educativa durante más de una década, también ha trabajado para las secciones de Local-Madrid, Reportajes, Cultura y EL PAÍS_LAB, el equipo del diario dedicado a experimentar con nuevos formatos.

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