Irán avanza hacia la liberalización del crudo y el gas
Irán ha dado muestras en los dos últimos meses de un nuevo pragmatismo encaminado a atraer la inversión extranjera a su vasto sector energético. Los ayatolás quieren beneficiarse de la lluvia de billones de dólares que Occidente está dispuesto a lanzar sobre la región de Oriente Próximo y el Caspio tras meter en vereda a Afganistán, Irak y Libia. La flexibilidad de los términos del contrato firmado días atrás con Japón para el desarrollo del campo petrolífero de Azadegan, por un coste superior a los 2.000 millones de dólares, revela el interés de Irán por abrir sus puertas a las grandes compañías petrolíferas del mundo.
Azadegan es un campo en tierra (onshore) al sur de Irán, al que se calculan unas reservas de 6.000 millones de barriles. Japón, importador neto de petróleo, optó por no someterse a las presiones de Washington para que no invirtiera en un país que el presidente George Bush incluyó en lo que llamó "el eje del mal". Irán, por su parte, ha extendido hasta unos 16 años el periodo de acción de la compañía petrolera japonesa INPEX en la zona, lo que en la práctica supone doblar la extensión del periodo del contrato que había hasta ahora.
Tras el establecimiento de la República Islámica, hace 25 años, los ayatolás modificaron las condiciones de inversión en su industria energética que limitaron a contratos de servicio (buy back), por los que los inversores no producen, sino que simplemente exploran y desarrollan los campos y cobran en crudo o en compensado los desembolsos realizados. Además, los contratos de exploración no garantizaban la puesta en marcha de los pozos, sino que exigían volver a concurrir a una oferta.
Con estas condiciones draconianas, pocos acudían a las ofertas iraníes. La última de ellas, en julio de 2003, para la exploración de ocho bloques en el golfo Pérsico fue "un fracaso", según fuentes del sector. Los ayatolás aprendieron la lección y hace un mes acudieron a La Haya con una oferta mucho más competitiva. Por primera vez, han ligado la exploración y el desarrollo de 16 bloques -15 en tierra y uno en agua (offshore)-, lo que revela el interés de Irán por convertirse en un foco de atracción de las petroleras internacionales, incluidas las de Estados Unidos que, de momento, tienen prohibido por la Casa Blanca invertir en Irán.
Negociaciones con EE UU
En medios diplomáticos se asegura que el régimen ya ha comenzado las negociaciones con Washington, que podrían desembocar en un apretón de manos "en menos de seis meses". EE UU necesita a los ayatolás para estabilizar la situación en Irak, y a Irán le urge mejorar su economía.
Con unas reservas de crudo de 125.800 millones de barriles, las segundas del mundo, y de gas de 3,3 billones de metros cúbicos -también las segundas-, Irán pretende utilizar los beneficios del sector energético para poner en marcha un agresivo plan de inversión en infraestructuras y modernización con el que poner freno al creciente desempleo y absorber una parte de los 765.000 jóvenes que acuden anualmente al mercado de trabajo. Entre sus pretensiones más urgentes está el hacerse autosuficiente en refinados para lo que necesita grandes inversiones en plantas petroquímicas. Actualmente exporta cuatro millones de barriles de crudo por día, pero importa más de un millón de barriles de gasolina.
Alí Hashemi, presidente de la Comisión de Gas y Petróleo del Parlamento, dijo a este periódico que ya están "muy avanzadas" las negociaciones que desde hace dos años mantienen Repsol-YPF y Shell con la compañía iraní NIOC, para la explotación de gas licuado en el centrampo de gas offshore que comparten Irán (South Pars) y Qatar (North Field). De llevarse a cabo, sería el primer contrato de gas licuado de Irán y exigiría la construcción en el sur del país de una planta de licuación, inexistente hasta ahora. El contrato, en el que NIOC tendría un 50% y Repsol y Shell un 25% cada una, permitiría a las empresas española y anglo-holandesa cobrar en gas licuado sus inversiones.
La francesa Total ya produce gas para consumo interior de Irán en South Pars y la italiana Agip y la noruega Statoil se encuentran en proceso de desarrollo de los bloques que se han adjudicado.
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