_
_
_
_
Tribuna:DEBATE | Israel, detrás del muro
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El nuevo antisemitismo

En estudios publicados en 2003 por instituciones judías, como la Liga Antidifamación 'Bnai Brith' y el Congreso Judío Mundial, y no judías, como la Universidad Tecnológica de Berlín, se demuestra que la mayor parte de los actos contra judíos, ya sea individualmente o como colectivo, es decir, contra el Estado de Israel, son obra de inmigrantes musulmanes y activistas de izquierda propalestinos. En Suecia, por ejemplo, se registraron durante el año 122 incidentes de carácter antisemita, mientras que en Eslovenia y Rumania, donde no existe una minoría de inmigrantes islámicos, no se produjo ningún incidente. Los mismos estudios mencionan también las notables diferencias de juicio y actitud entre la sociedad palestina y la israelí con respecto al conflicto y sus posiciones fundamentalmente distintas en lo concerniente al valor de la vida humana.

No hay del lado palestino ningún debate acerca de cómo frenar el terrorismo suicida

Mientras la política del Gobierno israelí está constantemente controlada por el ojo avizor del Parlamento, los partidos políticos y las organizaciones defensoras de los derechos humanos dentro y fuera de Israel, no hay del lado palestino ningún debate acerca de cómo frenar el terrorismo suicida. Ninguna organización palestina ha condenado el asesinato de 1.000 israelíes y las heridas causadas a otros 7.000 en los tres años de violencia palestina contra la población israelí, ni exhortado a que cese la matanza. El 80% de los muertos y heridos eran civiles, la mayoría mujeres y niños. La cifra es un dato estadístico que no revela la tragedia infligida a cada familia y a los millares de heridos. En comparación, esta cifra equivaldría a unos 7.000 muertos, de ellos 5.600 civiles, y cerca de 49.000 heridos, si esos actos hubieran sido cometidos en España.

¿Dónde están los defensores de derechos humanos palestinos que repudien a los terroristas suicidas? ¿Dónde están los objetores de conciencia palestinos que declaren públicamente no estar dispuestos a matar civiles israelíes con toda premeditación? Mientras toda operación militar israelí dirigida contra bases terroristas, contra los planificadores y ejecutadores de actos terroristas, y que causa lamentablemente víctimas inocentes en la población civil palestina, se investiga meticulosamente de inmediato, la norma del lado palestino es dar asilo a los asesinos y alentarles a seguir matando.

La dura crítica de los medios de comunicación musulmanes y árabes está dirigida solamente contra Israel. ¿Dónde están las expresiones de horror y repudio a las manifestaciones del júbilo en la calle palestina a continuación de toda matanza en las calles de Jerusalén, Tel Aviv, Haifa, Hadera, Netanya o Afula? ¿Quién censura a una sociedad que ensalza a los suicidas y les ofrece publicidad y apoyo político y financiero? No se oye casi ninguna voz que proteste porque las familias de los terroristas sean premiadas con privilegios extraordinarios y sumas de dinero provenientes de las contribuciones de quienes no se molestan en averiguar a quiénes y a qué fines están destinadas. Es de lamentar que los medios de comunicación no censuren ni condenen la ausencia de toda expresión palestina de remordimiento por la matanza de mujeres embarazadas, discapacitados en sillas de ruedas y civiles inocentes, muertos y heridos por el solo hecho de ser judíos.

Es también lamentable que los mismos medios de comunicación se abstengan de insistir en el cumplimiento de la condición principal de la Hoja de Ruta, que es la eliminación de los actos terroristas y el desmantelamiento de las organizaciones que los cometen. Esto podría contribuir a solucionar el conflicto sobre la base de la existencia de dos Estados vecinos, Israel y Palestina. Debe mencionarse que dicha Hoja de Ruta no habla del derecho al retorno ni de la creación de un Estado binacional, pues los redactores del documento tenían muy en claro que todas las propuestas de esa naturaleza tienen como único objetivo eleminar a Israel como Estado judío.

Sería conveniente prestar atención al informe de 2002 sobre el antisemitismo en Europa, preparado por el Instituto de Investigación del Racismo de la Universidad Tecnológica de Berlín. En ese trabajo, encargado por la UE para examinar los fenómenos de racismo y xenofobia, se demostró que grupos de inmigrantes musulmanes (a excepción de turcos y kurdos) y activistas de la izquierda propalestina estaban implicados en la mayoría de los atentados contra los judíos en Europa. El informe establece que la comparación de los judíos con los nazis, el uso de estereotipos, el cuestionamiento de la existencia misma de Israel y la condena desproporcionada de Israel frente a lo que ocurre en otros países, son de hecho manifestaciones antisemitas. De la lectura del informe surge que los intelectuales de izquierda, que apoyan a los palestinos por motivos ideológicos y están aliados con grupos de inmigrantes musulmanes, son actualmente los portadores del estandarte del nuevo antisemitismo, que antes enarbolaba la derecha fascista.

Lo que las personas de buena voluntad tratan de hacer, frente a las oleadas de odio contra Israel y contra los judíos en general que inundan a la sociedad islámica y árabe, es mantenerse fieles a los valores humanos, como ilustra el ejemplo, no único, de un cirujano judío del hospital Hadassa de Jerusalén y una niña palestina que necesitaba un trasplante de riñón. La niña dijo que su sueño era llegar a ser "mártir" y suicidarse matando judíos. El médico llevó a cabo la operación, trasplantando un riñón de un joven judío muerto en un atentado terrorista suicida, y salvó la vida de la niña. Con ese acto manifestó su fidelidad a los valores de la Biblia, que establecen que quien salva una vida humana, salva a la humanidad.

Yaacov Cohen fue embajador de Israel en España entre 1992 y 1995.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_