El 'Samur social' atenderá en las calles a indigentes y emergencias
Madrid tendrá dos centros más de acogida, uno de estancia breve y otro para catástrofes
El Ayuntamiento de Madrid reforzará, a partir de este verano el servicio de emergencias sociales, que asiste a personas sin hogar, ancianos y niños desvalidos o damnificados por siniestros, para convertirlo en el Samur social prometido por el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón. Diez nuevos equipos de trabajo social recorrerán las calles, siete a pie y tres en coche, para atender estos casos. Se habilitarán, asimismo, dos centros de acogida: uno de estancias breves, con veinte o treinta camas, y otro para acoger a treinta o cuarenta personas en caso de accidente, catástrofe o atentado.
Visitar cada día a los indigentes reacios a acudir a los albergues para conseguir que accedan a la red de servicios sociales. Atender a un anciano que camina perdido por las calles o a un niño con aspecto de desamparado. Ofrecer alojamiento y atención a los vecinos de un inmueble derrumbado, a los pasajeros de un autocar extranjero accidentado... Éstas son algunas de las responsabilidades del actual servicio de emergencias, conocido como SITADE, y serán también las del Samur social. Darío Pérez, responsable municipal del nuevo servicio de emergencias, explica que éste supondrá un refuerzo importante del dispositivo que existe en la actualidad. "Se le ha llamado Samur social para facilitar que los ciudadanos lo conozcan porque ya están familiarizados con el Samur sanitario", explica. Pérez dirigió 14 años el centro de acogida municipal para personas sin hogar de San Isidro.
La gestión del nuevo servicio, que costará 171.000 euros al mes (sin contar los dos centros de acogida previstos) será adjudicada a una empresa mediante concurso público. "Tenemos dinero y ganas, así que esperamos que no surjan problemas de rechazo vecinal en las zonas donde queremos abrir las nuevas unidades de acogida, algo que, por desgracia, ocurre con cierta frecuencia cuando se inaugura algún equipamiento social", añade.
Las personas sin hogar serán unos de los principales destinatarios de este servicio, pero no los únicos. El Ayuntamiento estima, basándose en datos de un estudio de la Universidad de Comillas, que en Madrid hay unas 4.000 personas que en algún momento tienen que recurrir a los albergues para indigentes (con 1.300 camas), aunque pasen también temporadas en pensiones o pisos compartidos. Dentro de ellos hay de 300 a 500 sintecho cronificados que viven en la calle.
Éstas son las principales novedades del futuro Samur social que estará en la antigua sede de la Concejalía de Empleo y Servicios al Ciudadano, en la Gran Vía de San Francisco, 10 (Centro).
- Unidades móviles. Su misión es acudir donde se produzca una emergencia. Habrá cuatro formadas cada uno de ellos por un trabajador social, un educador y un conductor. Dos estarán de guardia durante 24 horas y el resto desempeñará su tarea de 10.00 a 22.00. En la actualidad sólo existe un equipo de este tipo que no funciona por la noche. Además de estas unidades de atención a pie de calle el Samur social contará con otra especial que, en caso de catástrofes o atentado, será base de operaciones.
- Equipos de calle. Ahora sólo hay un equipo, formado por un trabajador social y un educador, y a partir del verano serán ocho. Se dedicarán sobre todo a atender a los indigentes que, por su deterioro físico y psíquico, son reacios a acudir a los albergues. El objetivo es ganarse su confianza y conseguir que utilicen los refugios, obtengan la tarjeta sanitaria, pidan la renta mínima de inserción (una ayuda de unos 294 euros mensuales que la Comunidad da a ciudadanos sin recursos), vayan al médico, entre otras cosas. Tendrán que coordinarse con otros equipos que trabajan a pie de calle con las personas sin hogar. Hay algunos formados por profesionales como el de la Red de Apoyo a la Inserción Social o el de la Consejería de Sanidad que atiende a los sintecho con problemas mentales. Otros están integrados por voluntarios como Solidarios para el Desarrollo y el Colectivo Amauta.
- Unidad de estancias breves. Estará ubicada en la futura sede del Samur social, en la Gran Vía de San Francisco, donde ya han comenzado las reformas. Tendrá de 20 a 30 camas para estancias breves, en general de menos de 15 días. En ella ingresarán personas que atraviesan alguna situación de emergencia hasta que ésta se solucione o hasta que sean derivadas a otro servicio. Servirá para acoger, por ejemplo, a un anciano que haya sido encontrado vagando sólo y desorientado hasta que se localice a su familia; a un extranjero al que le han robado al llegar a Madrid. También podrían ingresar víctimas de malos tratos aunque, en principio, este centro no estará especializado en violencia sexista.
- Unidad de emergencias. Estará en una zona céntrica de la ciudad y tendrá de 30 a 40 plazas. Sólo abrirá cuando sea necesaria para alojar a víctimas de alguna catástrofe, accidente colectivo o siniestro. Pérez explica que, por ejemplo, en él podían haber sido albergados los usuarios del centro de emergencia para toxicómanos de Las Barranquillas el día que éste quedó inutilizado por un incendio.
- Pisos supervisados para personas sin hogar. El Ayuntamiento tiene previsto abrir este año de 12 a 14 pisos supervisados (cada uno de ellos con capacidad para tres o cuatro personas) destinados a ciudadanos con grave riesgo de caer en la marginación, para evitar que acaben en la calle, y también a indigentes que, tras vivir en albergues, se encuentran en condiciones de vivir de forma más autónoma.
- Nuevos centros de acogida. Para 2005 el Ayuntamiento quiere tener abierto un segundo centro municipal de acogida (el primero es el de San Isidro) con cerca de un centenar de plazas. A más corto plazo está previsto buscar otra ubicación al refugio de casetones prefabricados, con 150 plazas, abierto en diciembre de 2003 en la Casa de Campo.
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