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ESPACIO | Misiones robóticas de exploración interplanetaria

‘Rosetta’ sale mañana hacia un cometa para posarse en él dentro de 10 años

Todo está preparado para que mañana de madrugada parta en un largo viaje hacia el cometa Churyumov-Gerasimenko la sonda espacial europea Rosetta, a bordo de un cohete Ariane 5 que despegará de la base de Kourou, en la Guayana Francesa. Será el segundo intento de lanzar esta misión de la ESA que hace un año se retrasó debido al fallo de un cohete Ariane 5 en diciembre del año anterior. Este fallo provocó la suspensión de todos los lanzamientos mientras se encontraba la causa y se revisaba el proceso completo de producción de los cohetes europeos. Ahora, los dedos están cruzados porque la misión, además de ser atractiva y extremadamente compleja, lleva mucho tiempo de preparación y científicos e ingenieros de un gran número de países europeos, entre ellos España, están deseando que la nave parta hacia su objetivo, al que tardará 10 años en llegar.

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Cuando alcance el cometa, que da vueltas alrededor del Sol en una órbita elíptica, la sonda intentará lo más difícil todavía. Mientras lo acompaña en su órbita, dejará caer un pequeño módulo, llamado Philae, que debe posarse sobre el cometa (por primera vez en la historia). Con un brazo robótico y los instrumentos de que dispone, el módulo investigará la superficie del cometa en un radio de dos metros.

Lo más arriesgado de la misión será el aterrizaje del módulo, confirma Miguel Belló, de la empresa española Deimos, que ha hecho para la ESA las simulaciones de la dinámica orbital en las proximidades del cometa Churyumov-Gerasimenko. Se cree que este cuerpo celeste mide unos 1.200 metros, el doble que el elegido originalmente (el Wirtanen) y por tanto su gravedad, aunque muy débil, es mayor que la calculada cuando se diseñó la misión.

El módulo de aterrizaje hincará sus patas en el hielo y lanzará un arpón

Esto puede suponer que los amortiguadores que tienen las tres patas del módulo no aguanten bien un impacto mayor del esperado, pero también, por otra parte, da a los conductores de la misión un mayor margen de maniobra para evitar el riesgo mayor, que es que el módulo, de 100 kilogramos de peso en la Tierra, rebote en la superficie del cometa y se pierda en el espacio. Si consigue aterrizar, el módulo clavará sus tres patas en la superficie helada para estabilizarse y también lanzará un arpón para anclarse, lo que le permitirá además estudiar las propiedades mecánicas del terreno.

Hasta llegar a la etapa final de su viaje, la sonda hará un largo periplo (de más de 5.000 millones de kilómetros) por el Sistema Solar, utilizando el impulso gravitatorio de la Tierra y de Marte en varias ocasiones. No se puede hacer otra cosa porque no hay cohetes lo suficientemente potentes para lanzar una plataforma así de grande (12 metros cúbicos), que en tierra pesa más de 1.000 kilogramos y que tiene que llevar otros 1.650 kilogramos de combustible para las maniobras a realizar en el larguísimo viaje. Además, Rosetta, como fuente de energía eléctrica, porta los mayores paneles solares instalados en un satélite europeo, ya que cuando se encuentre con el cometa estará a 675 millones de kilómetros del Sol, una distancia tan grande que los paneles, de 32 metros de longitud en total, producirán sólo 440 vatios. Esta potencia aumentará hasta los 8.000 vatios cuando sonda y cometa alcancen la mayor proximidad al Sol (150 millones de kilómetros).

"Será la primera vez que podamos ver cómo un cometa vuelve a la vida al acercarse al Sol", dice Gerhard Schwehm, director científico de la misión. Poco después de que llegue Rosetta, los gases helados que le envuelven se evaporarán y el cometa arrastrará una cola de partículas de miles de kilómetros que será visible desde la Tierra cuando la ilumine el Sol. "Como vamos a acompañar el cometa durante dos años, hasta que alcance el punto de su órbita más cercano al Sol podemos esperar obtener nuevo conocimiento sobre los cometas".

Científicos y empresas españoles participan en el viaje al Churyumov - Gerasimenko

Los últimos 12 meses no han sido de inactividad ni mucho menos para los miembros de los distintos equipos de Rosetta. Por una parte ha habido que recuperar y retocar algunos de los 21 instrumentos que lleva (11 en la sonda y 10 en el módulo de descenso),que no podían estar almacenados un año entero. Sin embargo, lo más importante es que ha habido que rediseñar la misión para que Rosetta se dirija a otro cometa, ya que el elegido, Wirtanen, ya no estaba a tiro de la sonda un año después. En la identificación del nuevo objetivo, el cometa Churyumov-Gerasimenko, y el rediseño de la trayectoria ha participado también Deimos, pero la participación española en la misión es mucho más amplia, especialmente la del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC).

El científico de este centro Rafael Rodrigo ha sido investigador principal por España en el instrumento Osiris, que consta de dos cámaras, una de campo ancho y otra de campo estrecho. Este instrumento, explica Rodrigo, ha sido diseñado y fabricado por un consorcio de varios países, y han participado científicos españoles del IAA, el Instituto Nacional de Técnica Aerospacial, y la Universidad Politécnica de Madrid (Escuela de Aeronáuticos). En otro instrumento -Giada-, el analizador de impactos de las partículas del cometa y el acumulador de polvo, también ha hecho una parte importante el IAA. Las empresas españolas con las que han trabajado los científicos para la construcción de ambos instrumentos son Sener, Crisa, EADS-CASA y Tecnológica.

De los otros instrumentos dos espectrómetros son estadounidenses, financiados por la NASA como contribución a esta misión de la Agencia Europea del Espacio (ESA).

En su largo y en su mayor parte aburrido viaje de 10 años Rosetta activará sus cámaras a su paso por la Tierra, Marte y el cinturón de asteroides. En 2008, se acercará a un asteroide, un cuerpo celeste rocoso. "Estos encuentros breves son una oportunidad científica y también una posibilidad de probar los instrumentos de Rosetta", dice Schwehm. Luego, tras una última maniobra de ajuste de trayectoria en 2011, se pasará dos años y medio en silencio absoluto, hasta que se acerque al cometa que es su objetivo.

Un técnico de la ESA revisa la sonda 'Rosetta', que saldrá mañana en dirección a un cometa.
Un técnico de la ESA revisa la sonda 'Rosetta', que saldrá mañana en dirección a un cometa.Agencia Espacial Europea

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