De la boca al corazón
La mala salud bucal está relacionada con las enfermedades cardiacas
La mala salud dental, definida por la existencia de cinco afecciones bucales, entre ellas la gingivitis, la caries y la falta de dientes, favorece la enfermedad coronaria. Esto es al menos lo que parece demostrar un reducido estudio con 500 personas publicado en la revista Circulation. Aunque no tiene el rango de los factores de riesgo bien demostrados, como el tabaquismo o la hipertensión, el diagnóstico de mala salud bucal resultó ser más útil para predecir la existencia de enfermedad cardiaca que otros marcadores, como los niveles bajos del colesterol HDL (colesterol "bueno") y los triglicéridos elevados, según el estudio.
Las cinco enfermedades orales utilizadas por los investigadores para establecer la denominada puntuación dental asintótica o PDA para determinar el riesgo cardiaco son: la pericorinitis, una infección situada alrededor de los terceros molares; la gingivitis, o inflamación de las encías; la falta de piezas dentales; los restos de raíces, lo que significa que los dientes del paciente estaban en tan mal estado que sólo ha permanecido la punta de la raíz, y la caries.
"Se piensa que las infecciones orales producen una inflamación que podría ir asociada con enfermedades coronarias, así que examinamos todas las patologías orales que podrían generar inflamación", explicó la autora principal del artículo, Sok-Ja Janket, profesora de Odontología de la Universidad de Boston (EE UU). "La PDA es una medida no invasiva del riesgo, que se puede evaluar fácilmente en las revisiones odontológicas", añade. Entre las cinco enfermedades orales, la que mejor predecía la enfermedad coronaria era la pericorinitis, seguida por los restos de raíces y la gingivitis; después estaba la caries dental y la falta de dientes.
En opinión de Janket, este estudio da a entender que las enfermedades orales y las coronarias están relacionadas, aunque no muestra si unas causan las otras. Pero ha dicho que los dentistas que tienen pacientes con mala salud oral deberían pensar en animarlos a realizarse exámenes cardiacos, aunque no presenten síntomas de enfermedad coronaria. La hipótesis planteada por Janket es que la mala salud oral no sólo contribuye a la enfermedad cardiaca mediante el proceso inflamatorio, sino también debido a una mala ingesta nutricional. "Quienes carecen de dientes no pueden masticar bien la comida, y por consiguiente no asimilan tan bien los nutrientes saludables para el corazón o la fibra", señaló.
Con todo, los resultados de este estudio no se deben aplicar a la población en general, según escribe en la misma revista el especialista británico Gordon Lowe. "Debemos seguir haciendo hincapié en los factores de riesgo demostrados, como la edad, el sexo, el tabaquismo, la diabetes, la presión arterial y la proporción de colesterol LDL / HDL", asegura.
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