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El régimen iraní cierra filas tras su aplastante victoria en las elecciones

Sólo uno de los 192 escaños adjudicados corresponde a una mujer

Los ayatolás no caben en sí de gozo. El Ministerio del Interior de Irán anunció ayer oficialmente que la participación en las elecciones generales fue del 50,6%, lo que supone que el régimen ha logrado, aunque sea por los pelos, el respaldo de la mayoría de la población, ya que los comicios se habían planteado como un referéndum al mandato de los ayatolás.

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Los reformistas más radicales, que solicitaron la abstención por considerar "ilegal" la descalificación de sus candidatos, tuvieron que reconocer la derrota. El líder supremo, Alí Jamenei, y sus acólitos tienen ahora el voto de confianza del pueblo para llevar a cabo la transformación económica que han prometido. Al depositar su papeleta, los iraníes han mostrado que sus prioridades son el trabajo, la vivienda y la mejora del nivel de vida, aunque ello sea en detrimento de la libertad política de que han disfrutado estos años.

"Las elecciones del día 20 de febrero bajo el bombardeo de la propaganda enemiga fueron más importantes que las elecciones celebradas bajo los bombardeos de Irak", dijo Jamenei. El guía espiritual de la revolución islámica consideró que "los perdedores de estos comicios son Estados Unidos, los sionistas y los enemigos de la nación iraní".

El clima de tensión de los días precedentes se ha diluido. Ya todos saben dónde está cada uno y las fuerzas con que cuentan. Nadie esperaba una participación superior a la de las elecciones municipales del año pasado, que apenas llegó al 40%, pero finalmente los iraníes se decantaron por votar. Donde las previsiones no fallaron fue en la aplastante victoria de los conservadores. Según los últimos datos anunciados, de los 192 escaños ya asignados han obtenido 135, frente a los 57 de los reformistas moderados, ya que la absoluta mayoría de los miembros del Frente Islámico de Participación (FIP) quedaron excluidos de la carrera electoral por el ultraortodoxo Consejo de Guardianes, el órgano con más peso del régimen.

Los ayatolás cierran filas en torno a sí mismos, pero más que para los políticos, es para las mujeres para quienes se abre un periodo de incertidumbre sobre sus derechos. En los cuatro años de Parlamento reformista, el Consejo de Guardianes ha vetado sistemáticamente cualquier ley aprobada por los legisladores que supusiera una mejora de las condiciones legales o laborales de la mujer. Tras una fuerte batalla, se consiguió elevar la edad del matrimonio y de la mayoría de edad de las niñas, desde los 9 a los 13 años. Hasta hace apenas unos meses una niña de nueve años podía ser azotada o castigada a la pena de muerte incluso con más facilidad que un hombre adulto. El Consejo vetó también la Convención de Naciones Unidas sobre la igualdad entre el hombre y la mujer.

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En el Parlamento saliente, las mujeres ocupaban 13 de los 290 escaños. Dos de ellas son conservadoras y las 11 restantes reformistas. En las elecciones del viernes, y pese a que había un 60% más de candidaturas femeninas, hasta anoche sólo una mujer había asegurado su escaño, otras tres debían de concurrir a la segunda vuelta. De ese 60%, casi la mitad fue descalificada por el Consejo de Guardianes, un órgano no electo en el que se sientan sólo hombres: seis ayatolás designados por Jamenei y seis jueces elegidos por el Parlamento.

Entre las propuestas que los conservadores llevan a la nueva Cámara se encuentra la de Jalal Sajedi, líder de la Coalición de Expertos, para que la mujer sólo trabaje media jornada. Sajedi declaró a este periódico que "debido a las características físicas y espirituales de la mujer, ésta debe trabajar fuera de casa la mitad que el hombre para que no esté cansada y mantenga el espíritu adecuado para su papel fundamental en la motivación del hombre y de la familia".

Zahra Shojaei, presidenta del Centro de Participación de la Mujer, criticó la política de los conservadores hacia las mujeres y consideró "absolutamente erróneo" las propuestas de éstos para que el nuevo Parlamento, que comenzará sus sesiones a finales de mayo, restrinja la labor de la mujer al hogar y las separe de los hombres en lugares sociales como los parques o las universidades.

Una vez que finalice oficialmente el recuento de los votos, no se anunciará la fecha de la segunda vuelta, a la que sólo concurrirán los candidatos a los escaños que no hayan superado la barrera del 25% de los votos.

El presidente del Parlamento saliente, el reformista Mehdi Karrubi, abandona ayer la sede del Legislativo.
El presidente del Parlamento saliente, el reformista Mehdi Karrubi, abandona ayer la sede del Legislativo.AP

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