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Barcelona quiere que los conductores de ciclomotor hayan cumplido 16 años

Siniestro, juventud y motocicleta son factores coincidentes

Haber cumplido los 14 años y hacer un curso de ocho horas en una autoescuela. Con esto basta para obtener la licencia de ciclomotor en España. Del total de heridos por accidente de tráfico en 2003 en Barcelona, el 28% viajaba en ciclomotor. De los 25 conductores que murieron en la capital catalana, seis conducían un vehículo de este tipo. Todos menos uno tenían menos de 25 años. Siniestralidad, juventud y motocicleta. El hecho de que estos tres factores vayan de la mano en muchas ocasiones ha abierto el debate sobre la idoneidad de conducir un ciclomotor a los 14 años y sobre si la formación que estos jóvenes reciben es la adecuada.

El Ayuntamiento de Barcelona está elaborando un plan estratégico sobre la moto, que también incluye al ciclomotor, para reducir la siniestralidad asociada a estos vehículos. Pere Navarro, comisionado de Movilidad del Ayuntamiento, explica que una de las propuestas que se están debatiendo es la de reconsiderar la edad mínima para obtener la licencia de ciclomotor. Aunque todavía no se trata de una propuesta firme, el Ayuntamiento de la capital catalana considera que sería más adecuado otorgar estas licencias a partir de los 16 años. "El ciclomotor es un vehículo muy vulnerable que exige un plus de responsabilidad que parece que a los 14 años no se tiene", comenta Navarro. "No se puede trabajar hasta los 16 años y está prohibido comprar alcohol y tabaco hasta los 18", añade, "y por ello no deja de sorprender que se pueda conducir un vehículo de motor a una edad más temprana".

Del poco más de dos millones de ciclomotores que hay en España, la provincia de Barcelona es la que más tiene (unos 200.000).

Acompañante inseguro

Navarro también pone sobre la mesa el asunto de la seguridad del acompañante del conductor de un ciclomotor. Actualmente se pueden llevar pasajeros a partir de los 16 años y el Ayuntamiento de Barcelona vería conveniente aplazarlo hasta los 18. Todas estas propuestas, que una vez aprobadas en el seno del consistorio se presentarán a las entidades y asociaciones del sector, tendrán que ser trasladadas al Gobierno central, que es el que legisla en materia de tráfico.

Las autoescuelas catalanas no creen que la cuestión de fondo sea la de prohibir o no prohibir que se conduzca un ciclomotor a los 14 años. El asunto fundamental radica, a su juicio, en la formación. "En materia de formación el gran olvidado es el ciclomotor y deberíamos dedicarle todos nuestros esfuerzos porque es la primera toma de contacto que tiene el joven con el tráfico y donde adquirirá las conductas que le marcarán durante toda su vida como conductor", sostiene David García, vicepresidente de la Federación Catalana de Autoescuelas.

Los profesionales de las autoescuelas llevan años denunciando la precaria formación que reciben los adolescentes que quieren conducir un ciclomotor. Creen que deberían pasar un examen teórico más completo y realizar una prueba práctica. García también critica la falta de preocupación y control de muchos padres y la poca sensibilización que hay en la sociedad en materia de seguridad viaria. "A la hora de elegir una escuela o un hospital todo el mundo quiere el mejor, pero cuando se trata de una autoescuela se busca la más barata", lamenta.

Legalmente, los ciclomotores de hasta 50 centímetros cúbicos no pueden sobrepasar los 45 kilómetros por hora. Pero es una práctica muy generalizada eliminar este tope y circular a entre 60 y 70 kilómetros por hora. "Además, ahora hay unos ciclomotores que si les quitas el límite pueden alcanzar los 100 kilómetros; llevan matrícula de ciclomotor, pero en realidad son motos", advierte García.Al vicepresidente de la federación de autoescuelas le parece bien que el Ayuntamiento abra el debate sobre las licencias de ciclomotor, pero le pide que se aplique más en los asuntos que son de su competencia. "Ellos no podrán decidir si se puede conducir o no a los 14 años, pero lo que sí puede hacer la Guardia Urbana es aumentar los controles y detectar todas las irregularidades", añade García. A su juicio, la mayoría de jóvenes que conducen ciclomotores en Barcelona se quitan los retrovisores -que son obligatorios- y los intermitentes -que no lo son- por "una cuestión de estética".

La subdirectora general de Investigación y Formación Vial del Ministerio del Interior, Estrella Rivera, cree que los cursos de preparación para obtener la licencia de ciclomotor son adecuados y dice que, de momento, el proyecto del reglamento de circulación que está en trámite no prevé ninguna modificación respecto a la licencia de ciclomotor. "Si estos jóvenes se saltan las normas, no es porque las desconozcan, sino porque no quieren cumplirlas", afirma Rivera. Aparte de la realización de un cursillo en una autoescuela, hay otras dos vías para conseguir la licencia: examinarse en cualquier Jefatura de Tráfico o estudiar en algún centro escolar autorizado para realizar una asignatura optativa de seguridad viaria que permita obtener la licencia. En toda España hay unos 55 centros autorizados, nueve de los cuales están en la provincia de Barcelona. Desde la Asociación de Prevención de Accidentes de Tráfico se ve con buenos ojos la idea de reconsiderar la edad mínima para obtener la licencia. Su jefe de proyectos, Jesús Roger, reclama, además, que la educación viaria se empiece a enseñar a los niños de tres años. "Los jóvenes no son conscientes de la peligrosidad real del tráfico y es necesario educarlos", añade Roger. Quien desde mañana será ya ex consejero de Enseñanza y conseller en cap, Josep Bargalló, ha manifestado que estaría a favor de que se impartieran clases de educación viaria voluntarias en secundaria y que en caso de que se realizara un examen, éste daría más garantías de seguridad que los actuales cursillos de ocho horas.

El seguro casi imposible

Conseguir que una entidad asegure a un conductor de ciclomotor se ha convertido en una tarea imposible. Las aseguradoras no quieren ni oír a hablar de ellos. El riesgo es demasiado alto. La única alternativa que les queda es acudir al Consorcio de Compensación de Seguros (CCS), una entidad pública empresarial adscrita al Ministerio de Economía a través de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones. En general, cuando las compañías de seguros se niegan a asegurar un vehículo, el conductor debe aportar dos notificaciones de rechazo de dos entidades distintas para que el consorcio supla esta función aseguradora.

En el caso de los ciclomotores, desde mayo del año pasado ya no se necesita presentar ninguna notificación de rechazo. "Cuando constatamos que la dificultad era general, decidimos dejar de solicitar estas negativas, pero sólo para los vehículos de dos ruedas", explica Alejandro Izuzquiza, director de operaciones del consorcio.

La entidad pública decidió entonces lanzar una campaña de publicidad para dar a conocer sus prestaciones y evitar así que los conductores de ciclomotores conduzcan sin seguro obligatorio. Izuzquiza señala que si se compara el número de pólizas contratadas de junio a diciembre del año pasado (cuando se realizó la campaña publicitaria) con las del mismo periodo del año anterior, éstas aumentaron en un 23%. Hasta enero de 2003 el consorcio sólo ofrecía la posibilidad de contratar el seguro obligatorio. A partir de entonces ya se puede contratar una póliza de responsabilidad civil a terceros. El seguro obligatorio para un ciclomotor cuesta unos 350 euros al año.

La evolución de llamadas al centro de atención telefónica del CCS también deja entrever el creciente interés de los conductores hacia el consorcio. En 2001, el CCS recibió 231.853 llamadas; en 2002, 373.487, y en 2003, 423.839.

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